Un año más, y ya son 26, la villa fue territorio biker con la Travesía BTT de Altsasu que volvió el domingo con 455 participantes y novedades. Y es que por primera vez se adentró por la ruta de los robles milenarios de Etxarri Aranatz, un paseo de gran belleza entre árboles impresionantes. Además, se pudo disfrutar de diferentes tramos de calzada de Bernoa, recuperado en su totalidad a su paso por Urdiain, otro enclave espectacular. Lo cierto es que Sakana puede presumir de lugares preciosos, un potencial que conoce bien Barranka Txirrindulari Taldea, organizador de esta emblemática prueba no competitiva que siempre trae sorpresas. 

Si bien había dos recorridos oficiales, el largo de 52 kilómetros y el corte de 43 kilómetros, había más opciones. “En la corta se cogían los atajos para evitar los lugares de más dificultad. Por ello la diferencia de desnivel entre ambos recorridos era importante. En la larga era de 1.100 metros y en la corta 600”, apuntó Julián Claver, responsable de la prueba. Así, según las fuerzas y las ganas, se pudo elegir sobre la marcha. 

Tras el corte de cinta de manos del alcalde en funciones y próximo primer edil, Javier Ollo, el tropel se dirigió hacia Sorozarreta, para continuar por San Pedro, Urdian y parta alta de Iturmendi, Bakaiku, cantera vieja de Etxarri, ermita de Kontzezio, sendero de los robles , calzada de Bernoa y vuelta a Altsasu por Basoitxi, un trazado mayormente por senderos que los y las participantes agradecieron. Al respecto, Claver destacó que cada vez se animan más mujeres, casi el 10% del total este año. 

Desde 1996

Esta cita, decana en Navarra, comenzó su andadura en 1996 con el objetivo de dar a conocer la villa y sus alrededores y sobre todo, disfrutar de la bici. Se estrenó con 357 participantes. Año a año fue creciendo y tocó techo en 2006 con 1.302 participantes. El pasado año fueron 700 participantes, el máximo establecido. No en vano, ayer había donde elegir, Día de la Bicicleta en Pamplona, entre otras pruebas, y el día anterior la Irati Xtrem. “700 es un número en el que nos movemos cómodos. Pero con 450 muy a gusto, con menos aglomeraciones”, observó Claver. Respecto a su procedencia, apuntó que la mayoría eran de Navarra y Gipuzkoa, pero también había participantes de Madrid o Valladolid. Algunos se tomaron esta prueba como una carrera, 125 minutos en el caso de dos amigos, mientras otros pedalearon sin prisas pero sin pausas. Para que todo fuera rodado, la organización movilizó un centenar de voluntarios. “Solo ha habido dos caídas reseñables. Aunque parecía que no revestían gravedad, se les ha derivado a Pamplona para hacer placas”, comentó.