Aunque aseguran que no quieren dedicarse a la cocina y que probablemente se decantarán por ser mecánicos, Yerai Jiménez y Jesús Jiménez, dos lodosanos de 17 y 15 años respectivamente, estudiantes del IES Pablo Sarasate, se impusieron recientemente en el concurso gastronómico impulsado por el Basque Culinary Center y Ausolan. En mayo, y gracias a este hito, ellos dos y sus compañeros y compañeras de clase irán a San Sebastián para participar en un curso impartido por dicha institución académica.

Estos dos estudiantes, cuentan Patricia Domínguez y Sandra Gambarte, maestras de Pedagogía Terapéutica, están en la UCE (Unidad de Currículo Especial) junto con otros chicos y chicas que tienen diagnosticado algún grado de discapacidad intelectual. Este curso, y después de años demandándolo, el centro se ha dotado con una cocina en la que realizan diversas actividades a lo largo de la semana.

Y es que, cuentan, allí trabajan por ámbitos: comunicación, lógico matemático, socio natural, artista tecnológico, psicomotor y de autonomía y, además, también están en las aulas ordinarias un tercio de la jornada escolar.

Jesús, en primer plano, y Yerai cocinando en clase. María San Gil

Salto de calidad

Uno de los proyectos de este curso está centrado en la cocina y, como están inmersos en el programa Erasmus+, decidieron, a través del arte, sumergirse en diferentes países. “Por ejemplo, con La vida es bella hemos hecho una receta inspirada en el propio filme y otra relacionada con el país en el que está rodada”.

Los alumnos cocinan cuatro horas semanales, pero no solo hacen eso sino que, además, han creado una página web (https://sites.google.com/educacion.navarra.es/unos-cocineros-europeos/inicio), tienen un canal de Youtube (@UCEUnosCocinerosEuropeos23-24), se graban explicando las recetas y realizan entrevistas.

Ellos, insisten, se encargan investigar todo lo que requiere la receta: los ingredientes, la preparación, el presupuesto para hacer la compra, etc. “Lo que elaboran lo prueban y, además, muchas veces deciden a qué departamento lo llevan. La verdad es que están muy motivados; ha habido años que nada les despertaba interés, pero este año están muy contentos, se han implicado muchísimo y se portan mucho mejor. Además, esta actividad les viene fenomenal para la motricidad, para el orden, la comprensión, el compañerismo y el compromiso de responsabilidad”.

Fruto de esta iniciativa han realizado muchas acciones con el resto del alumnado del IES. “El objetivo es formar parte del centro, que tengan visibilidad porque siempre han estado un poco apartados; tienen que ser valorados porque, en el fondo, todos somos diferentes”.

Además, en clase también fomentan la coeducación; tienen que fregar, recoger y dejar todo en su sitio. “Hay chavales de culturas en las que está muy asentado que eso lo hacen las mujeres y, aunque aquí eran un poco reticentes al principio, ahora lo hacen sin rechistar”.

Ellos mismos, tal y como contaban los dos jóvenes protagonistas, “en esta clase estamos mucho mejor, aunque lo que más nos gusta es salir a comprar”.

Los ganadores

El concurso, a nivel de Navarra y País Vasco, consistía en hacer una receta tradicional con algo de innovación; tenían que explicar en un vídeo de 3 minutos el origen de la receta, cómo se hace, qué instrumentos e ingredientes se necesitan y cuál es la parte de innovación. La primera fase, y que solo pasaron del instituto lodosano ellos dos, consistía en lograr el mayor número de reproducciones y ‘me gusta’ en Youtube.

“¡Primo, que hemos ganado!”, le gritó por teléfono Yerai a Jesús, que estaba enfermo en casa el día que supieron el resultado.

Eufóricos, y también algo nerviosos, fueron junto a sus familiares y profesoras a la gran final (en categoría de 14 a 17 años) a Donostia.

“Nos dejaron una hora solos, en una habitación, para repetir la receta”, explicaban los dos alumnos. “El jurado dijo que les gustó mucho y, eso sí, cuando estábamos esperando el veredicto y dijeron nuestros nombres, nos abrazamos y gritamos muchísimo. Lo peor fue subir al escenario a hablar”, reían.

Yo solo quería ganar para ir con mis compañeros a cocinar allí. Es que no me gusta cocinar; me convenció Jesús. Y en casa ahora me animan para que les haga algo pero, de momento, no lo he hecho”, cuenta Yerai.

Por su parte, Jesús desvelaba los ingredientes de sus ya famosos pimientos rellenos de bacalao con espuma de pimientos; “muy fáciles de encontrar. Hacen falta pimientos del piquillo de Lodosa, que cogimos nosotros mismos del campo de mi familia, pimientos enteros en conserva, bacalao desalado, harina, leche, cebolla, nata, vino blanco, ajo, azúcar, sal y aceite”.

Primeras veces

Este año, en abril o mayo, una parte de la clase va a viajar a Italia para participar en un encuentro con alumnos y alumnas de FP de hostelería; los lodosanos les enseñarán a hacer un plato típico de aquí y los de allí harán lo propio con una receta suya. Yerai, aunque muy nervioso por el viaje en avión, aseguraba que “por otro lado estoy deseando salir del país y conocer sitios nuevos”. De la misma opinión es Jesús, que tampoco se ha montado nunca en este medio de transporte “pero estoy dispuesto a superar el miedo. Me hace mucha ilusión”.

Por su parte, las dos docentes afirmaban estar “con muchísimas ganas. Es una gran responsabilidad, pero será un buen momento para trabajar otros hábitos. Sabemos que va a ser muy intenso pero la idea es pasárnoslo muy, muy bien”.