Dos grandes incomprendidos como el jazz, que vive a la sombra de la música clásica y la mitología, ensimismada por la exaltación de las religiones monoteístas, se fusionan en el novedoso álbum impulsado por el percusionista tafallés. Lo presentó en directo el viernes 9 de febrero en el Kulturgune de Zizur Mayor, aunque el disco realmente recoge un espectáculo que estrenó en los escenarios del Centro Cultural de Tafalla y Euskalduna de Bilbao en 2022, como proyecto final de Grado superior de Baterista jazz. 

ILUNTASUNETIK ARGIRA

El disco propone un viaje, ya que, si algo hay que reseñar en las cualidades de la música, es la de trasportarnos allá donde nos lleva, sin necesidad de movernos de un lugar, con la capacidad incluso de mostrarnos los fantásticos mundos del paganismo vasco que un día fueron creencia popular.

Este viaje de la oscuridad a la luz comienza en los tenebrosos tiempos de Gaueko, donde los seres humanos vivían en una constante oscuridad, aterrorizados por los seres de la noche. Mari quiso poner fin a esa situación iluminando las tinieblas con Ilargi, pero como su luz no aterraba a los monstruos, situó a Ekhi sobre el cielo. Amalur, quien dio vida a todos los seres de la tierra, también colaboró para proteger a los humanos, creando la Eguzkilore, que ahuyentaba a los malos espíritus al esconderse la luz solar. Ortzi es quien cierra el disco, sobrevolando las nubes por encima de todos los seres y consagrando el fantástico panteón de nuestra mitología.

CATÁLOGO SONORO

En el ámbito musical, es un proyecto personal de Xabi, quien ha realizado tanto la composición como los arreglos, aunque tiene como acompañante a otros tres músicos que forman un lúcido lauburu. Al baterista lo acompañan: Jorge Sánchez al contrabajo, el pianista Bernardo San Martín y el saxo tenor Jon Zufiaurre.

Desde el punto de vista compositivo es difícil orientar una canción de jazz hacia el estudio, cuenta Xabi. "Yo diseñé tanto el principio como el final de la canción y luego cada músico aportó sus matices". Sobre la armonía cada uno demuestra su habilidad y el tafallés no se ha andado con tonterías a la hora de formar la banda, ya que ha sabido seleccionar artistas de primera. "Grabamos en directo, todo en un día. Las tomas seleccionadas están hechas de arriba abajo, sin arreglos ", aclara.

En la narración musical, el sonido es afín a la personalidad de cada deidad, comenzando con disonancias y armonías tensas propias de Gaueko. El ritmo va adquiriendo un aspecto alegre y juguetón, y sorprende con la cantidad de emociones que una canción de cuatro instrumentos puede acumular en pocos minutos. Miedo, tensión, calma, carcajada, fuerza... Los ritmos emulan también músicas propias del folklore vasco como el zortziko u otros pasos de danza.

MATERIALIZACIÓN

"Yo entré en una formación musical, llamada Formación Play, en la que se aprende a trabajar y mover tus proyectos musicales: qué puertas tocar, dónde registrar las canciones, etc. Como el Gobierno de Navarra lo subvencionaba, se fusionó con el proyecto Unx, promovido por la localidad de San Martín de Unx y que proponía la fusión de la viticultura y la música, todo ello enfocado a combatir la despoblación del pueblo. Tengo que reconocer que la experiencia fue muy interesante, aprendí mucho y después de eso nos animamos a grabar", aclara Xabi.

El cuarteto 'Eguzkilore' al completo.

Se ve que el baterista supo llamar a las puertas adecuadas, ya que de la mano del técnico e íntimo amigo Fredi Pelaez entró a grabar en los estudios Pottoko de Beasain. El propio Xabi corrió con los gastos de grabación, sin tener en un principio la idea de materializar el proyecto en un CD físico.

“Muchas veces los músicos estamos llenos de complejos y nos falta confianza a la hora de buscar patrocinadores para nuestros proyectos ", reconoce Xabi. "Fredi me recomendó mostrar el disco a la gente del sello Gaztelupeko Hotsak, y para mi sorpresa les encantó", cuenta Olkoz.

Gaztelupeko Hotsak es una especie de discográfica nacida en la década de los 90 en Soraluze, un sello surgido de la autogestión del gaztetxe local, que lleva a artistas que se mueven en diferentes ramas de la música negra y que se ha convertido en un referente en diversos estilos, llevando artistas de alto nivel. Ellos se encargan de la distribución de las copias, de colgarlas en las plataformas y de la promoción.

VETERANO MUSICAL

Xabi cuenta con un largo recorrido de baquetas y carretera. Desde sus inicios en el grupo Bloken o la Txaranga Malatxo, hasta realizar sendas giras con la orquesta En Esenzia o con Serafín Zubiri. Con la llegada de la pandemia Xabi decidió volcarse de lleno en sus proyectos personales. Primeramente, en el grupo de funk Superacid, donde hasta hace pocos tocaba la batería, y simultáneamente en cursar los estudios de Grado superior de Baterista jazz, que culminó con este proyecto. Todo ello compaginado con la enseñanza, ya que desde hace años se ha dedicado de forma profesional a dar clases de percusión y batería en Tafalla, Etxarri-Aranaz, Irurtzun, Irunberri y Garinoain.