Una treintena de agricultores de la Ribera se han concentrado esta mañana en Buñuel para protestar contra “el abandono” que a su juicio “tiene sometido la CHE al Ebro”. Para estos agricultores de Cabanillas, Ribaforada, Cortes, Buñuel y Fustiñana, la confederacion tiene al río “abandonado y lo dejan a su suerte. Desde 2003, si ves las estadísticas, con caudales más pequeños tiene una altura más grande, el fondo se va levantando y la altura sube, por lo que los diques no aguantan”. El portavoz de estos agricultores, Ramón Mateo, que continúan su protesta que comenzaron a principios del mes de febrero, critica que no les dejen “retirar ni una palada de grava. Como no se ha hecho la labor de limpieza, luego dirán que es inviable, que es mucho coste”.

Los agricultores se han concentrado detrás de una pancarta en la que se podía leer, “Por culpa de la Confederación nos veos en esta situación”.

Esta reclamación viene siendo una constante de los agricultores de la zona desde hace décadas que también señalan cómo ven pasar el agua en riadas y anegando campos para luego en verano no poder regar por la sequía. “No es normal que ahora veamos el agua pasar y en verano no sabemos si vamos a tener agua. En verano tendremos problemas de sequía y ahora, aquí estamos, viendo el agua pasar. No hay limpieza, los arboles se pudren y se caen. Hay una plaga de castores que hacen escorredores y presas en el río y taponan los ojos de los puentes y las acequias. Hay que actuar”, reclamaron.

"En verano tendremos problemas de sequía y ahora, aquí estamos, viendo el agua pasar"

El sentir general de los agricultores de la Ribera es que “emplean esta zona como zona inundable para que no lleguen las avenidas de agua a Zaragoza. Por eso no llegan a solucionar del todo el problema de las motas y las dejan más pequeñas. Entendemos que es mejor que inunde los campos que las ciudades, pero hemos de tener el apoyo de la Confederación y de los seguros. El tercer año que se inunda un cultivo ya no te cubren. Los seguros se lavan mucho las manos”.

En estos días de crecidas, los agricultores viven con “incertidumbre” la subida del río, con noches sin dormir y vigilando constantemente el río. “Has puesto tu pasión, quieres recoger un fruto bueno y vigilas porque igual se te desmorona todo”, ha explicado Mateo.

Junto a los agricultores estuvieron presentes también algún concejal de las localidades y representantes del sindicato agrarios EHNE.