Las hermanas clarisas dejarán el Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles de Arizkun a finales de mayo o junio, de acuerdo con la decisión de la Orden de San Francisco y de Santa Clara de Asís. Acaba así una relación de las monjas con el Valle de Baztan que ha durado tres siglos, desde 1736 cuando llegaron para ocupar el convento construido a sus expensas por el arizcundarra Juan Bautista Iturralde y Gamio y Manuela de Munárriz, marqueses de Murillo.

La avanzada edad de las siete hermanas que sirven en el imponente monasterio y la falta de relevo por la falta de nuevas vocaciones han conducido, igual que ha ocurrido en Cintruénigo, en Alzuza y en otras localidades de Navarra, al traslado de las religiosas y al cierre del convento. Al parecer, esas medidas responden a la constitución apostólica “Vultum Dei Quaerere” (La búsqueda del rostro de Dios), firmada en 2016 por el papa Francisco que regula la vida de las órdenes contemplativas femeninas, y en concreto el cierre de los conventos con menos de seis religiosas, aunque en Arizkun todavía quedan siete.

El monasterio

El lunes 18 de junio de 1731 se colocó la cruz de madera donde debía instalarse el altar del futuro convento, según manda el libro pontifical, y al siguiente día la primera piedra y los cimientos de la iglesia del convento bajo la advocación de Nuestra Señora de los Ángeles. Además del coste de la construcción, Juan Bautista Iturralde y su esposa dotaron con una renta anual de 50.000 reales el sostenimiento del imponente monasterio de estilo barroco.

Y el día 17 de agosto de 1736, el obispo daba licencia para el ingreso de las religiosas al convento que ya estaba concluido con un gasto en construcción y en ornamentación de más de 30.000 ducados de plata. En su iglesia cuenta con un curioso órgano neoclásico, reformado en 1897 por Aquilino Amezúa en el que destaca un singular registro denominado “flauta basca”, caso único en Navarra, un guiño a la consideración histórica de Arizkun como reducto y trasmisor en Baztan del típico instrumento vasco en las personas de Antonio y Mauricio Elizalde y de Javier y Patxi Larralde.

La portada del testamento de los marqueses de Murillo.

La portada del testamento de los marqueses de Murillo. Redacción DNN

La despedida

Las hermanas han acogido con su proverbial obediencia la decisión y con la pena lógica por abandonar los que han sido su casa y su pueblo por muchos años. Saben que van a ser trasladadas y repartidas por distintos conventos, alguno de Aragón, quizás a Huesca, si bien antes piensan en organizar una jornada de despedida de los arizkundarras con quienes han convivido y mantenido una muy cariñosa y respetuosa relación por tantos años.

El magnífico monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles ha sido puesto a la venta o lo será en los próximos días, y quedará cerrado hasta que la nueva propiedad decida su futuro. Para Arizkun y Baztan supone una pérdida a añadir a la de establecimientos de todas clases que se registran en los pueblos, en el medio rural, y en este caso de un rico patrimonio cultural.

Al final queda una historia de recogimiento y oración en lo religioso, y de lo anecdótico en la relación humana con Arizkun y Baztan. Durante años, en vísperas de Baztandarren Biltzarra los organizadores obsequiaban con unas docenas de huevos a las monjas para que rezaran en petición de buen tiempo.