Muskilda despertó este domingo con el timbre de las gaitas, al son de las castañuelas y los cascabeles de sus danzas. Danzantes de ayer y de hoy bailaron juntos por vez primera La Jota en la cruz donde dice la leyenda que apareció la Virgen. Lo hicieron como homenaje a los Gaiteros de Pamplona, por sus 50 años de presencia en la localidad.
“Hemos venido a tocar y nos hemos encontrado con esta gratísima sorpresa, todo muy emotivo”, confesaba José Luis Fraile, que junto a Javier Lacunza lo recibieron en nombre del colectivo.
“Ha sido emocionante e inevitablemente, se ha removido la memoria. En Otsagabia nos sentimos en familia, entre amigos con los que vivimos el día a día de las fiestas.Hemos compartido casa y mesa con la Xerora y no olvidamos la acogida de Claudio Villanueva, su marido”, reconocía Fraile.
Entre felicitaciones añadía que “en Otsagabia la gaita ha sido siempre importante y su timbre se asocia a las danzas propias. Tocar en este escenario es muy sugerente. Lacunza fue el profesor,el primero; después llegué yo con mis hermanos”, rememoraba entre conmovido y agradecido, rodeado de gaiteros de la comarca: Sangüesa, Lumbier, Ezcároz...y de Pamplona; Martín Ariztimuño, Gonzalo Barber y Julián Goroskieta, gaitas y tamboril que ayer sonaron por todos.
“Tocar en Muskilda es algo especial. Es un sentimiento muy arraigado. Otsagabia no entiende el pueblo sin las danzas y viceversa”, declaraba Ariztimuño.
Debut de la Xerora
Novedoso e ilusionante fue también el día para la nueva Xerora Isabel Osta Zoco, de 54 años, Isabel vivió ayer su primer día grande en Muskilda. Accedió al cargo en enero “ante la insistencia del Patronato (Ayuntamiento, Mayordoma y párroco)”, subrayaba. Añadía contenta que las felicitaciones del pueblo fueron un impulso. “Me he sentido muy aceptada”, resumía satisfecha . Isabel hizo gala de un gesto amable de la iglesia, para ocuparse de la Virgen, a la casa del ermitaño, donde preparó el almuerzo para los danzantes: caldo, costillas de cordero y queso. Le une a ellos una labor de veinte años, en los que ha preparado trajes y baúles para las salidas, por lo que ayer en la casa se respiraba un aire familiar.
Antes de repartir las viandas, como manda la tradición, a la Xerora los y las danzantes le dedicaron dos jotas. Con otras dos a la Virgen, las danzas Katxutxa y Modorro completaron la actuación del cuadro de ocho danzantes y el Bobo, Julen Sagardoy Esarte. Este tomó el relevo a su padre, José Javier Sagardoy Tanco, el año pasado. “Tantos años en casa, lo vivo con la responsabilidad y la emoción de este día especial”. Nervios confesados también por Amaia Saldías Sáez, primera vez que pisó bailando el empedrado del reciento amurallado entre la ermita y la casa del ermitaño. Maite Barberena Goienetxe disfrutó por segundo año de las danzas y “del ambiente que se forma”, expresó.
Primera mayordoma de Ezcároz
Jornada inolvidable la de ayer también para María Mancho Layana, primera Mayordoma de Ezcároz Recibió a los danzantes en Casa Inaxo de Otsagabia y después, al Patronato, contaba su cuñado, Iñaki .Esarte Osta. Él también salió de la casa familiar en 2001, como Mayordomo, el más joven de la historia con 31 años. “Este es un día muy importante para el pueblo que me ha acogido muy bien. Un día muy bonito, emocionante, vivido con ilusión”, afirmó.
María dará paso en diciembre a Eduardo Ibáñez Eseverri, primer Mayordomo vecino de Izalzu. Será el próximo 8 de septiembre cuando de nuevo se romperá el silencio en Muskilda con su sonido especial.