El colegio comarcal Atakondoa de Irurtzun finalizó el miércoles un curso especial, el del 50 aniversario de este centro comarcal, y una preocupación de cara al nuevo curso. Y es que el aula de 2º de ESO tendrá 32-33 alumnos y alumnas, según los datos que manejan las madres y padres de estos jóvenes. Podrían ser más con la matrícula viva.

 “Este curso eran dos grupos de 16 pero dos repiten, por lo que serían 30 y según la ratio de Educación, estarían en un solo aula. Pero no se tiene en cuenta al alumnado repetidor pese a que sus necesidades y ritmos de aprendizaje son distintos, ni tampoco al alumnado de Unidades de Currículo Específico. Es una situación que consideramos alarmante y que afecta directamente al bienestar y la calidad educativa de nuestros hijos e hijas“, destaca Irantzu Osinaga, una de las madres.

Al respecto, señala que “se ignora el impacto real que supone reunir a más de 30 estudiantes en un mismo aula, tanto para el aprendizaje como para la convivencia”, e incide en el “perjuicio pedagógico que supone como falta de atención individualizada, sobrecarga de profesorado y mayor conflictividad”.

 Para visibilizar que supondría 33 estudiantes en un aula, padres y madres se sentaron el miércoles en los pupitres que ocuparían sus hijos e hijas. Además de la falta de espacio, pudieron constatar en algunos casos dificultades a la hora de ver la pizarra.

Padres y madres en un aula de Atakondoa con 33 pupitres. Itziar Matxain

1,7 metros cuadrados de espacio personal

 “En una inspección de Educación se planteó el problema y la inspectora dijo que se podían quitar los armarios. Una vez eliminados, cada alumno y alumna contaría con tan solo 1,7 metros cuadrados de espacio personal. Además no tendrían un lugar para guardar los libros y el chromebook, que tendrían que llevar y traer de casa”, observa. “También le comentaron que con tan poca distancia sería muy fácil copiar, a lo que contestó que hicieran exámenes diferentes. En cuanto a la conflictividad que se puede generar con tantas personas en un espacio pequeño. respondió que parte y expulsión. Todo muy pedagógico”, lamenta.

 

Preocupación e indignación de los padres y madres

“No solo resulta inadmisible, sino que también es inseguro desde el punto de vista sanitario y ergonómico: mala ventilación, escasa distancia interpersonal, dificultades de movilidad y un entorno poco adecuado para el aprendizaje”, incide. Además, una alumna con necesidades especiales acude 10 horas con una colchoneta en previsión de ataques epilépticos. A la lista de inconvenientes añade que la limpieza del aula supondrá más trabajo y que en caso de urgencias sus hijos e hijas tendrán dificultades para salir.

Así, padres y madres realizaron un llamamiento urgente a la comunidad educativa a mostrar su apoyo y sumarse a una acción simbólica el pasado miércoles, que hicieron una foto protesta. También han pedido el apoyo del Ayuntamiento de Irurtzun y sindicatos. Asimismo, presentarán instancias en el Departamento de Educación para exponer la situación y solicitar el desdoble del grupo.