El pasado 28 de junio, el Club de Golf de Gorráiz celebró su trigésimo aniversario con un evento especial en el que no faltó la emoción. Uno de los momentos más significativos de la jornada fue la sorpresa preparada para Julián García-Mayoral de Castro, que recientemente se jubiló tras más de dos décadas como gerente del club. A sus 65 años y natural de Pamplona, Julián cierra una etapa profesional de 23 años vinculado a Gorráiz, aunque su relación con el golf viene de mucho antes.

Recibe la nueva etapa con tranquilidad y entusiasmo. “Estoy muy bien, ya jubilado. Jugando mucho al golf y haciendo ejercicio”, contó. No le resulta difícil adaptarse al cambio, aunque reconoce que alguna mañana le cuesta decidir qué hacer, “pero lo resuelvo rápido”, dijo.

Julián García-Mayoral, el pasado 28 de junio, durante el homenaje sorpresa que le hicieron.  | FOTO: XEDIDA

Julián García-Mayoral, el pasado 28 de junio, durante el homenaje sorpresa que le hicieron. | FOTO: XEDIDA 2 Alejandro Reguera M.

Durante su breve tiempo de jubilación, ha asistido a algunas competiciones de golf y está aprovechando para jugar más que nunca. Además, intenta cuidarse, yendo al gimnasio y llevando una vida sana. No piensa alejarse del deporte que ha marcado su vida: “Ya jugaba al golf desde niño, antes incluso de ser director del club, y seguiré haciéndolo”.

Tampoco quiere perder el vínculo con Gorráiz, el club al que tanto dio y del que tanto recibió. “Por supuesto que pueden contar conmigo para todo lo que necesiten”, aseguró, y añadió que irá a jugar siempre que pueda.

El homenaje que le brindaron el sábado fue uno de esos momentos que no se olvidan. “Fue emotivo”, reconoció. Se sintió especialmente agradecido cuando lo mencionaron durante la entrega de premios: “Después de tantos años, hace ilusión que se acuerden de ti”.

García-Mayoral fue testigo de la evolución del golf en Navarra y, muy especialmente, del propio club de Gorráiz. Estuvo presente en su inauguración en 1995 y desde entonces vio cómo el deporte crecía en la Comunidad Foral. “La apertura de Gorráiz supuso un gran cambio: se añadió un tercer club en Navarra y eso trajo más jugadores, más competiciones y más nivel”.

También observó cómo el campo y sus instalaciones se transformaban con el paso del tiempo. “Los campos de golf son seres vivos: los árboles crecen, el paisaje cambia… Ves fotos de entonces y es otro sitio”, explicó. Además del entorno natural, destaca mejoras importantes como la construcción de un nuevo gimnasio, pistas de pádel cubiertas o la reforma de la cafetería del deportivo.

Cuando se le pregunta cómo recordará su etapa al frente del club, lo tiene claro: “Ha sido mi vida”. Su implicación fue total desde el primer momento. No solo ejerció como gerente en dos periodos que suman 23 años, sino que también intervino directamente en el proceso de construcción del club. “Eso te une más al proyecto”, afirmó con orgullo.

Momentos únicos

Aunque le resulta difícil elegir un único momento especial, destacó la apertura del campo como uno de los más bonitos. También recordó con cariño las competiciones de alto nivel que organizaron y por las que recibieron felicitaciones. “En 23 años hay muchos momentos buenos”, admitió.

Pero su relación con el golf va más allá de la gestión. Como jugador amateur, construyó una trayectoria envidiable: catorce campeonatos de Navarra ganados en cinco décadas distintas, entre los años 1970 y 2010. Aunque le restó importancia profesional, reconoció estar muy orgulloso: “Son a nivel amateur, pero estoy muy contento con lo que he conseguido. En algunas épocas era más fácil, en otras las victorias costaban mucho más. La última la gané con 50 años”.

Uno de los hitos más importantes fue la victoria en el Campeonato de Europa amateur júnior en 1981, disputado en Islandia. “Fue muy emocionante”, recordó. Las condiciones eran totalmente adversas para el equipo español: lluvia, frío, viento y un rival acostumbrado a ese clima, Irlanda. “Ganamos y fue una de las primeras veces que España ganaba un Europeo”, explicó. Hace apenas unas semanas se reunió en Santander con los otros cinco compañeros con los que compartió aquel logro, un reencuentro que le trajo muchos recuerdos.

Ahora, ya retirado, espera que en el Club de Golf de Gorráiz lo recuerden “con cariño, con el reconocimiento de haber hecho las cosas bien”. Y, si alguien se lo pregunta, también tiene un mensaje para las nuevas generaciones: “A los jóvenes les diría que tengan paciencia. El golf es un deporte precioso, que da muchas satisfacciones… y algún que otro disgusto. Pero vale la pena. Hay que jugar con ilusión”.