De jugar al fútbol con 8 años en la plaza de la iglesia de Castejón a ser entrenadora de dos equipos de chicas en su club de origen y en su pueblo. Ése es el viaje emocional y motivacional que ha realizado Gisela Grández Martínez, jugadora del equipo Osasuna Femenino B, que ha roto con el tópico de que nadie es profeta en su tierra.
Las jóvenes jugadoras que se sumergen ahora en el mundo del fútbol le tienen a ella como referente, un espejo donde proyectar sus sueños e ilusiones, más cercano y palpable que cualquier otro jugador masculino que militara en categorías superiores. “Las niñas a las que entreno sienten admiración hacia mi por haber llegado a jugar en Osasuna y yo intento hacerles ver que soy una persona como cualquier otra, que por jugar en Osasuna no soy mas que ellas, ni ellas menos que yo”, explica Gisela.
“Las niñas a las que entreno sienten admiración hacia mi por haber llegado a jugar en Osasuna y yo intento hacerles ver que soy una persona como cualquier otra"
Rodeada de los gritos de sus jugadoras durante el entrenamiento, no duda en alentarles de cara a su futuro y acercarles los sueños que ella tuvo cuando jugaba con dos jerseys como porterías y que, poco a poco, va logrando. “Con trabajo pueden llegar donde he llegado yo. Les digo que, si quieren, me tengan como un referente pero les dejo claro que soy igual que ellas, una chica normal”.
A sus 19 años, es ya veterana en los campos y explica qué características hay que tener para poder entrenar a jóvenes jugadoras y hacerles disfrutar con el deporte tanto como ella lo hace. “Hay que tener empatía, saber escuchar a tus jugadoras. Además de tener conocimientos básicos de fútbol, por supuesto, hay que saber enseñar, trasmitir confianza al equipo y si algo sale mal en una jugada o un partido hay que saber cuidar las formas al hablar a las jugadoras y animar pero sin atacar ni machacarles”.
De la calle a los campos
Gisela Grández Martínez es una joven castejonera que cumplió recientemente 19 años. Desde muy niña siempre jugó a fútbol con los niños de su calle y en los recreos en la escuela, con 8 años entró en la Escuela de fútbol de Castejón. Un día jugando en la plaza de la iglesia paso por allí una de las jugadoras del equipo de regional femenino Estibaliz Garrido y animó a Gisela a entrar en el CD Castejón y con 10 años se incorporó en el equipo de fútbol 8 de la entidad, donde fue pasando por las diferentes categorías y jugó en el Castejón cuando ascendieron a Primera Nacional en la liga 2019/2020.
La primera castejonera
Con 14 años, Gisela Grández entró en Osasuna cuando pusieron en marcha un nuevo equipo, el Osasuna Femenino C y se convirtió en la primera castejonera fichada por Osasuna, jugando en junio de 2022 con la Selección Navarra Sub 17.
Entre los logros con sus equipos, ganó la liga cuando jugó con el cadete infantil femenino de Castejón y con Osasuna consiguió el ascenso de Regional Femenino a Tercera Federación. Su puesto en el campo suele ser de extremo izquierda, donde se lanza sin pudor al ataque buscando el gol o dando asistencias. Esta joven futbolista sueña con llegar a vivir del fútbol y se esfuerza y sacrifica por llegar a esta meta, pero por si acaso tiene un plan B y por ello compagina el fútbol con los estudios de un grado medio de Gestión del Ambiente Forestal con la idea de en el futuro opositar para bombera.
Pese a que la fichó Osasuna y tuvo que dejar el CD Castejón, mantiene buena relación con el club que le vio nacer pues hace que dedique su tiempo para entrenar a varios equipos. Si la pasada temporada ya entrenó a un equipo de chicos alevines, esta lo hace a dos equipos de chicas uno de fútbol 8 y un equipo cadete. Su experiencia en Osasuna le facilita que pueda aportar a las jugadoras que entrena los conocimientos suficientes para que crezcan como jugadoras y todo lo que a ella le enseñan y aprende “se lo intento transmitir a las niñas de los equipos que entreno aquí en Castejón. Técnica, control del balón, pases, saber con que parte del pie golpear el balón y entender el fútbol porque el fútbol se juega con la cabeza”.
Una parte muy importante de su enseñanza a las niñas que entrena es el comportamiento en los partidos, “el respeto al contrario y también es muy importante el ejemplo que dan los padres en el terreno de juego, que vayan a animar y nada mas. Ni para discutir con padres del equipo contrario, ni para decir a sus hijos nada, que para eso estamos los entrenadores”, afirma.
Gisela Grández siente especial gratitud por dos de sus antiguos entrenadores del C.D. Castejón, a los que “siempre estaré agradecida por su buen hacer y su apoyo en todo momento, estas dos personas son: Íñigo Catalán y Eva Osés, gracias a ellos dos estoy donde estoy”, concluye Grández.
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