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Sakana

Proyecto piloto de vacunación infantil asistida con animales en Altsasu y Olazti

Perros, cobayas y una tortuga de la asociación Biak Bat ayudaron al alumnado a reducir el estrés

Proyecto piloto de vacunación infantil asistida con animales en Altsasu y OlaztiCedida

El alumnado de 6º de Educación Primaria de los colegios Sagrado Corazón de Altsasu y Domingo Bados de Olazti ha recibido esta semana las vacunas correspondientes a su edad. Pero en esta ocasión ha sido especial. Y es que los nervios y miedos que suele haber entre algunos txikis a las inyecciones se llevaron mucho mejor con la presencia de animales del equipo de Biak Bat. Lo cierto es que un hecho que generaba ansiedad se convirtió en un momento de disfrute. 

La iniciativa partió del equipo de enfermería de pediatría del Centro de Salud de Altsasu, en colaboración esta entidad. “Las experiencias vividas previamente por personal del centro, en las que la vacunación supone un momento de mucho estrés y ansiedad para niños y niñas, les llevó a contactar con nuestro equipo para buscar soluciones conjuntas”, explica Nerea Gilbert, pedagoga de Biak Bat. 

Programa piloto Txertokan

Sin ninguna partida presupuestaria y el entusiasmo del equipo de Biak Bat se creó el programa Txertokan con el principal objetivo de reducir los niveles de ansiedad, miedo y nerviosismo que suelen generar estos procedimientos a través de la interacción con los animales. Y es que de forma controlada y segura, puede ayudar a que los niños y niñas se muestren más colaboradores y receptivos durante la vacunación.

Se trata de una iniciativa novedosa que esta asociación referente en intervenciones asistidas con animales quiere explorar. Así, se planteó como un proyecto piloto con coste cero para los centros que se puede replicar ante los resultados. “A nivel estatal no hemos encontrado información de que se haya llevado a cabo en otras vacunaciones. Desde enfermería se ofreció al resto de centros de Primaria de la Zona de Salud de Altsasu y la respuesta de algunos fue que no lo veían necesario”, recuerda. Asimismo, señala que hay interés en alumnas universitarias de realizar un estudio de investigación sobre el aporte positivo en los menores como Trabajo de Fin de Grado (TFG). Por ello, se pasó una encuesta al alumnado antes y después de la inyección.

La interactuación con los animales fue antes, durante y después de la vacunación.

La vacunación fue el jueves en los propios centros, a donde acudieron dos perros, Lua e Ivonne, así como las cobayas Rosa, Eli y Bimba además de la tortuga Clemen. “Su presencia ha sido clave y ha permitido ofrecer a los niños y niñas un entorno más relajado y emocionalmente seguro, antes, durante y después de la vacunación”, observa Gilbert. Al respecto, señala que los docentes pusieron en valor la iniciativa, tanto cuando los animales estuvieron presentes como en los días previos porque el alumnado esperaba la visita de los animales y el momento de la inyección pasaba a segundo plano.

Valoración positiva de las profesionales de salud

Las enfermeras también se mostraron satisfechas con la experiencia. “Destacaron la diferencia respecto a otros centros en los que no hubo presencia de animales, donde se han dado situaciones de mayor nerviosismo e incluso algún desmayo entre menores”, apunta esta pedagoga. “En esta ocasión, en cambio, la vacunación se vivió con mayor calma gracias al efecto positivo que la interacción con los animales generó. Todo ello contribuye a la promoción de la salud desde una perspectiva más integral ya que velamos no solo por la salud física, sino por el bienestar emocional de niños y niñas”. En este sentido, Gilbert incide en la importancia de la inclusión de animales en contextos educativos y sanitarios porque “favorecen el bienestar emocional de los menores y mejoran su experiencia en situaciones potencialmente estresantes".