El Auditorio del Museo de las Brujas de Zugarramurdi fue escenario el pasado sábado de la presentación del libro Zugarramurdi 1610, una obra que recupera la historia más conocida —y también más dolorosa— de la localidad a través de textos evocadores y un potente material fotográfico en blanco y negro. En el proyecto figuran como colaboradores el propio Ayuntamiento de Zugarramurdi, el Museo de las Brujas, Laboral Kutxa y El Sabaiao de Isaba, así como de muchas otras personas que han contribuido a sacar adelante el proyecto.
El libro, de 108 páginas, editado por la editorial Xibarit, combina las fotografías del tolosarra Joseba Urretavizcaya con los textos del investigador y escritor roncalés Fernando Hualde Gállego, acompañados de su traducción al euskera propio de la zona, realizada por Helena Xurio. El resultado es un documento bilingüe de gran calidad, tanto por su cuidado formato como por la fuerza expresiva de las imágenes y la profundidad de los textos.
500 años
Cuando se cumplen 500 años desde que comenzaran los procesos masivos contra la brujería en los pueblos y valles de la montaña navarra, Zugarramurdi 1610 repasa de forma pedagógica el proceso de brujería que culminó en Logroño, con la voluntad expresa de rendir homenaje a las personas que lo sufrieron. Para ello, la obra se apoya en fotografías artísticas recreadas con la colaboración directa de vecinos y vecinas del pueblo, cuya implicación ha sido clave para dar vida al proyecto.
Participación local
Entre los participantes figuran miembros del grupo de teatro Sorgin Haizea y personas mayores vinculadas a la jubiloteca Harremana que se volcaron completamente en el proyecto y recrearon escenas con inquisidores y acusadas de brujería.. El prólogo del libro está firmado por la alcaldesa de Zugarramurdi, Argitxu Aguerre Olaizola. El libro se comercializa a un precio de 60 euros y se consolida como una obra de referencia para comprender y recordar uno de los episodios históricos más significativos de la localidad desde el respeto, la memoria y el rigor histórico.
En opinión de Fernando Hualde, “el trabajo sirve para reparar y homenajear lo que aquellas gentes tuvieron que vivir en sus carnes, pero a la vez, agradecer a Zugarramurdi del siglo XXI, que ha hecho el esfuerzo para que la memoria de lo que sucedió a principios del XVII no se perdiese, que fueron capaces de crear un museo y un producto turístico como el que tienen, es el homenaje al afán colectivo de un pueblo por su memoria”.
En el acto, que reunió a más de medio centenar de vecinos y vecinas de Zugarramurdi, hubo un momento emotivo cuando se recordó los inicios del Museo de las Brujas. Hualde recordó los primeros pasos de este equipamiento cultural, en los que colaboró estrechamente con el entonces alcalde Jesús Aguerre, la directora Ainhoa Aguirre, Koro Izaroki y con los propios zugarramurdiarras que desde el comienzo "sintieron el Museo como un espacio de preservación de una valioso patrimonio inmaterial y también como lugar de encuentro". Valentía, rigor, perseverancia y motivación fueron algunos de los rasgos que destacó para describir a quienes hicieron posible aquella etapa inicial. Sus palabras evocaron recuerdos entre los asistentes, especialmente al rememorar la experiencia del primer akelarre en Fitur 2008.