Tras unos días duros en la residencia Andra Mari, poco a poco se está volviendo a la normalidad: las personas residentes han podido salir de sus habitaciones, y han empezado a caminar dentro y fuera del centro. Las actividades de fisioterapeuta y tiempo libre también han vuelto a ponerse en marcha, al igual que las que realizan con los auxiliares.

El martes celebraron el gran día de Andra Mari, patrona de la residencia. A petición muchos de los residentes, fue a rezar el párroco David Galarza y disfrutaron de una comida especial, música y otras celebraciones. Desde la Residencia comentan que “poco a poco estamos recuperando la normalidad del día a día”, prueba de ello es que la semana que viene volverán a permitirse las visitas.