Organizada por la Comisión de Cultura de Bera, en colaboración con el Ayuntamiento, Jose Mari Zelaieta Errandonea (Bera, 1949) ofreció en la Casa de Cultura una charla titulada Bera, Zigardiberetik ikusia: 300 urte, (Bera, vista desde Zigardiberea: 300 años). Y es que, buscando en el Archivo de Navarra noticias sobre su casa natal, Zigardiberea, Errandonea halló diversos documentos interesantes, tanto de la casa como del pueblo.

Entre otros, las características de los caseríos desde el siglo XVII al XIX, los derechos económicos y políticos de los baserritarras, las herencias, los matrimonios, la influencia de la frontera de Bera, una amplia panorámica de diversos aspectos históricos de la localidad.

Aunque nacido hace 71 años en Zigardiberea, Jose Mari Zelaieta reside en Pamplona. Tras 40 años en la docencia, comenzando en Lekaroz y en diversos centros escolares de Pamplona (Etxabakoitz, ikastola municipal, Sanduzelai y Biurdana), la jubilación permitió a Zelaieta dedicarse a una de sus aficiones, el estudio genealógico e histórico, y comenzó a investigar documentos sobre su casa natal.

Al residir en Pamplona lo tenía fácil -señala- comencé a estudiar los documentos del notario de Bera y recopilando cosas y cosas, he ido llenando el saco con todo lo que me interesaba, he conseguido realizar una pequeña historia de la casa, del barrio y de la localidad, que comienza en el año 1600 hasta 1914, ya que los últimos documentos datan de cien años atrás”.

Redacción en pandemia

Este año de pandemia ha tenido su efecto positivo para Zelaieta, ya que ha tenido tiempo para organizar y redactar toda esa documentación que había recogido en su saco particular. Comenta que ha redactado un pequeño libreto, “con fotocopias y una pequeña encuadernación, para repartir entre los amigos y la familia. No son libros fáciles de leer, por que hay muchos datos y son un poco secos. He realizado dos versiones, una en castellano y otra en euskara, en la que el narrador está en primera persona, como si fuera el propio caserío Zigardiberea el narrador”.

De procesos a cuentos

Partiendo de su casa natal, Zelaieta ha encontrado historias del barrio Suspela y de Bera en general, “cosas que pueden ser interesantes desde el punto de vista económico o histórico. En esas historias ha habido procesos que al redactarlos dan lugar a cuentos que pueden ser muy duros, desgarradores incluso”.

Aunque reconoce que no ha encontrado grandes referencias sobre procesos de brujería, comenta que “si que hay un caso en el que un matrimonio que enfermó acudió a una especie de curandero de Sara, que les advirtió de una vecina que les perjudicaba y a la que tenían que denunciar. El matrimonio le creyó, denunciaron a una chica joven a la que le hicieron la vida imposible, hasta que la madre de esta chica acudió al párroco, que con un poco de sentido común, advirtió al matrimonio, les hizo firmar una petición de perdón ante notario, que el propio párroco leyó en la misa de domingo. Así se acabó esta historia”.

Carta en euskara

Interesado por el euskara, Zelaieta ha encontrado algún documento redactado en esta lengua, “aunque es verdad que la gran mayoría está en castellano, la lengua que debían utilizar los notarios, pero sí que hay algunas notas al margen en euskara, sobre todo en misivas escritas desde Sara o dirigidas a alguna persona de Sara… También hallé una carta escrita íntegramente en euskara, lo que me produjo gran alegría. Su verdadero valor para mí es que está escrita a su madre por un mozo de Bera, por lo tanto laico, desde Cádiz en 1773, en su viaje hacia América. Algunos de esos documentos se los he cedido a Mikel Taberna y Ekaitz Santazilia, para que los estudien desde el punto de vista filológico”.

Época convulsa

Zelaieta reseña que el inicio del siglo XVII fue una época muy convulsa en Bera, “una localidad fronteriza en medio de una guerra entre Francia y España, también hubo problemas incluso para nombrar al párroco de la localidad, ya que el señor de Alzate nombró a uno que no tenía el beneplácito del pueblo, lo que provocó disputas personales que desembocaron en varios procesos muy interesantes”.

Trabajo humilde

El trabajo de Zelaieta permite conocer mas de cerca la historia de Bera, aunque Zelaieta reconoce con humildad que “yo no soy historiador, sólo recopilo papeles, documentos… y trato de darles forma. Desde luego, no se me ocurre compararme, sin salir de Bera, con historiadores de la talla de Fernando Mikelarena, que han estudiado infinidad de documentos, son profesionales y conocedores profundos de la historia. La mía es una mirada superficial, una mirada humilde desde mi casa natal… No estoy preparado para estudios mas profundos”.