El deporte es vida. Y en esta casa de Huarte hay mucha. Se respira atletismo, fútbol y patinaje, pero también salud, compañerismo, respeto, humildad, esfuerzo y talento, mucho talento. Son los Miqueleiz Lizarraga, una familia de cinco integrantes cuyas vidas están muy ligadas al deporte. Los cuatro que han practicado disciplinas individuales son campeones de España e Irati, que juega a fútbol, acaba de llegar a Osasuna C.

El palmarés de esta familia es impresionante. David Miqueleiz fue campeón de España júnior y cuarto absoluto en lanzamiento de disco y Eva Lizarraga, más de diez veces campeona de España de patinaje de velocidad y tres veces medallista en mundiales. Sus tres hijas han heredado esa pasión por el deporte. Nahia es campeona de España y quinta de Europa en 100 metros vallas, Irati juega a fútbol en Osasuna C y Ane está dando sus primeros pasos en atletismo, fútbol y patinaje, donde ya es campeona de España de 3.000 puntuación.

La familia Miqueleiz Lizarraga, al completo. Oskar Montero

Un excel y orgullo paterno

“Somos una familia muy normal”, asegura Eva Lizarraga. “Estamos muy orgullosos de nuestras hijas. Pero no tanto por los resultados en sí, que son solo un indicativo de que tienen cualidades, sino por cómo están haciendo las cosas. Son muy guerreras y muy respetuosas con sus compañeros. Me gusta ver que están haciendo el camino bien y que son buenas personas”, remarca. El padre coincide. “Las medallas importan menos porque al año siguiente hay otro campeonato, pero cómo eres se queda para siempre”.

Los dos han transmitido sus vivencias y su pasión por el deporte a las hijas. “Creemos que crecer en el entorno deportivo les aporta muchos valores a nivel social y de salud mental. El deporte es un micromundo de lo que es la sociedad y las vivencias de aquí se pueden trasladar al resto de tu vida. Tienes que tomar decisiones, asumir responsabilidades y tener compromiso. Desde pequeñas les ofrecimos diferentes actividades culturales y deportivas y al final se han ido decantando por lo que hicieron sus padres”.

Para organizarse con tanta actividad de las tres hijas, tienen una tabla de excel con los horarios en la cocina. “Todas las tardes son muy ajetreadas y es raro que tengamos un fin de semana libre. Pero bueno, solemos conseguir estar ahí viéndolas casi siempre, un poco como la madre de la Pantoja”, bromea Eva. “Nos toca hacer de taxistas, pero tenemos la ilusión de llevarlas a entrenar y de verlas y disfrutar”, remarca David.

Ahora, los dos siguen haciendo deporte cuando pueden. “Además, jugamos con ellas a lo que toque: fútbol, carreras, frontenis... No nos aburrimos”, dice Eva riendo mientras le pasa el balón a Ane, que lo controla con los patines y trata de regatear a sus hermanas.

La promesa de las vallas

La mayor de las tres, Nahia Miqueleiz, es una de las grandes promesas de las vallas cortas en Navarra. Empezó a hacer gimnasia deportiva a los 6 años, pero tuvo un pequeño accidente y “le cogió miedo”. Luego, estaba entre natación sincronizada, baloncesto, y atletismo y decidió meterse a Hiru Herri

“Es el mejor equipo del mundo y he tenido entrenadores muy buenos como Adrián, Alberto, Natalia, Igor e Iñigo. Al final, me decanté por las vallas y estoy muy contenta. Este año, mis objetivos son el Campeonato de España y el Mundial, que no se si será posible. En un futuro, sueño mucho y me gustaría seguir con competiciones internacionales e intentar ser un Asier Martínez”, dice sonriendo.

“Yo no me imagino una vida sin deporte”, subraya. “Es mi día a día, estar con amigos, aprender a gestionar diferentes aspectos de la vida y disfrutar un montón”. Ahora, a sus 18 años, lo compagina con sus estudios de Enfermería y su labor como entrenadora en Hiru-Herri.  

“En casa se nos ha inculcado mucho el deporte, pero sin hablarnos de alto nivel ni nada. Siempre nos han dejado elegir lo que nos gustaba y nos encanta el deporte a las tres, como se puede comprobar”, confirma antes de volver a jugar con ellas.

 Osasuna, un sueño

Le pasa el balón Irati que, con 16 años, ha fichado por Osasuna C, aunque cuando se lo dijeron “casi ni se lo creía”. “Estoy muy feliz. Empecé en gimnasia artística y después me apunté a atletismo, fútbol y un año también estuve en balonmano. Al final, me he quedado solo con el fútbol. Comencé en el Huarte, después estuve en el Kirol Sport y ahora en Osasuna C, donde juego de extremo o lateral. La verdad es que mis años de atletismo han sido un plus para tener más velocidad”. 

“Para mí, el fútbol es un momento en el que te puedes desahogar. También ayuda a organizarte con los estudios –hace bachillerato en Askatasuna– y a ser feliz. Animo a todo el mundo a hacer deporte porque, aparte de las amistades que haces, ayuda mucho a nivel físico y mental y se pueden vivir unas experiencias únicas”. 

12 años y tres deportes

Ane, que tiene 12 años y estudia 1º de la ESO en Askatasuna, aglutina los deportes del resto de la familia: hace patinaje de velocidad en Amaya, fútbol en el Mulier y atletismo en Hiru Herri. Anteriormente, también había probado con el balonmano, el ballet o la natación. “El patinaje igual es lo que más me gusta porque se va rápido y soy buena. En fútbol he empezado este año, estoy aprendiendo y todavía no juego muy bien”.

Referentes en casa no le faltan y, ganas de hacer deporte, tampoco. “Yo siempre les digo a Irati y a Nahia que jueguen conmigo, pero a veces no pueden porque tienen que estudiar y eso. Cuando puedo les voy a animar y también veo mucho deporte por la tele porque me encanta”, concluye antes de seguir conduciendo el balón a toda velocidad con sus patines.