El olor del conejo y el humo que procedía de los calderetes se ha llevado todo el protagonismo del día en Burlada en el cierre de sus fiestas. Los vecinos de la localidad han disfrutado de la comida que han ido preparando.
Una de las cosas que más ha sorprendido a los allí presentes ha la poca presencia de personas en relación a otros años. Que este día haya caído en lunes y que los jóvenes hayan salido durante todo el fin de semana ha sido uno de los argumentos de las cuadrillas que se han reunido en la Nogalera. Además, el hecho de que sea el último día de fiestas no ha ayudado a que muchos jóvenes se hayan acercado a preparar su calderete. A pesar de la poca presencia de jóvenes, alguna que otra cuadrilla que no se ha querido perder este día.
“Hemos venido a disfrutar. Llevamos aquí desde las nueve de la mañana para coger sitio. Para ir preparando todo poco a poco”, ha explicado Paula Salinas. Este grupo de amigas ha sido la segunda vez que participaba en este acto. En total se han reunido 10 personas. “Unos miran y otros cocinan. Pero la gente que no está haciendo nada ahora después recogerá. Nos organizamos a nuestra manera”, añade Ainhoa Mateo. Las cuadrillas se reparten las labores a su modo. La mayoría cuenta con cocinero, ayudante y los que cortan y pelan los productos. “Es el mejor momento del día. Pasar el rato juntos. Mientras hacemos la comida, nos entretenemos y pasamos una tarde muy a gusto”, resume Mateo.
“Nos gusta porque es un plan de todo el día. Estamos entre amigos, hablando y recordando anécdotas”, cuenta Bruno, miembro de la cuadrilla de Los Pipas. Cinco personas de este grupo de amigos se han reunido para hacer su receta. “Es la décima vez que venimos a los calderetes. Llevamos bastantes años ya y venimos desde que somos unos críos”, afirmó. Además, este grupo de amigos hace unos años ganó la competición de los calderetes. “El mejor momento del día era cuando había karaoke, pero lamentablemente, ahora ya no hay. Hoy disfrutaremos y saborearemos lo que hemos cocinado”, resume. Durante la preparación de los calderetes la txaranga Txogarima ha amenizado a las personas que estaban esperando que se hiciera la comida.
Miembros de Axular Kultur Etxea también han estado presentes. La comida ha corrido a cuenta de Javi, que lleva más de 40 años participando, y de David, el ayudante, que pese a no ser su primera vez ha estado aprendiendo del cocinero. “Tenía ganas de aprender y le estoy enseñando”, menciona Javi. El ayudante ha estado presente durante toda la preparación sin perderse un detalle. El cocinero le ha ido enseñando los pasos que tenía que seguir, qué tenía que ir echando primero y cuánto tiempo tenía que durar cada elaboración. “Primero hay que hacer el conejo y luego darle de comer. Echarle la cebolla y que se vaya haciendo”, describe.
El hecho de reunirse con su cuadrilla y pasar todo el día juntos es uno de los motivos por los que participa cada año el cocinero. Por su parte, David, que ya había venido con su cuadrilla otros años, explica que “nosotros nos limitábamos a hacer costillas o algo más sencillo”. A pesar de que uno se encargue de cocinar y otros de ayudar, lo más importante de este día es la colaboración. “Este día no consiste en que uno haga todo y cocine para el grupo, cuenta Javi. Todos los miembros de la cuadrilla tienen su labor y van ayudando mientras preparan el caldero. “Para mí el día de calderetes es el mejor de las fiestas. Te juntas con tus amigos y estas hablando todo el día”, explica David. Sin embargo, estas dos personas tienen claro que el mejor momento del día es el almuerzo, “que con una buena cerveza, no tiene precio”, finaliza David.