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Nieves Beloki, 31 años construyendo un pueblo vivo en Noáin

La Técnica de Cultura se jubila tras una trayectoria en la que han trabajado mano a mano con los colectivos sociales del pueblo

Nieves Beloki ha sido homenajeada por sus compañeros tras su jubilación en el Centro Cultural de Noáin.Unai Beroiz

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A diez días de cumplir 63 años, Nieves Beloki se jubila de su cargo de Técnica de Cultura del Valle de Elorz después de 31 años en el puesto. Comenzó su carrera laboral en el Instituto Navarro de Deporte y Juventud en Estella, donde estuvo tres años, y después trabajó en una empresa de animación y gestión cultural. Más tarde, pasó por diferentes ayuntamientos navarros, Villava, Ansoáin y la Cendea de Olza, como Técnica de Cultura. En el año 1994 se sacó la plaza en Noaín

En más de tres décadas, su labor ha evolucionado mucho. Empezó en la era analógica por lo que “te tocaba desde confeccionar los carteles de las actividades que hacías para darles difusión, hasta gestionar, organizar y coordinar todos los servicios y colectivos para llevar a cabo los eventos de la vida sociocultural y festiva del pueblo”, explica Beloki. Recuerda entre risas que a veces era ella misma la que tenía que colocar los carteles que hacía por las calles del pueblo.

Al igual que sus labores, el pueblo también ha cambiado mucho durante los años. “Cuando yo empecé a trabajar, el pueblo no llegaba a tres mil habitantes y ahora mismo tiene más de ocho mil”, describe. Por eso, las actividades que organizaban hace 30 años eran incipientes, sin tanta programación ni tan variada como ahora.

 Lo que no ha cambiado con el tiempo, es el compromiso del vecindario y los colectivos de Noáin con la cultura. Para Nieves, “es un pueblo muy vivo”. Reconoce que han pasado momentos duros, “muchas veces vinculados a las crisis económicas, en el que la gente, dado el poder adquisitivo, tiene que priorizar”. Incluso hace autocrítica: “ha habido momentos más bajos, quizá por no estar tan acertados en lo que programábamos”. Pero en líneas generales, celebra que “llevamos muchos años de una trayectoria constante y creciente”. Este éxito no es simplemente mérito de su gestión, sino que los múltiples colectivos sociales del pueblo son un pilar fundamental en ello. “Sin ellos sería imposible mover todo lo que se mueve, porque están siempre implicados”, por eso desde el ayuntamiento siempre han mantenido una relación muy estrecha. “Esa gente es la savia del pueblo, es la gente que molesta, pero en el sentido que piden cosas, y bienvenidos. Es fantástico, es porque les importa su pueblo y su gente”, aclara Nieves. 

Las fiestas populares como carnaval, Olentzero y la cabalgata de reyes son fechas que suponen mucho trabajo al ayuntamiento, pero también es “un momento de cohesión del pueblo, en el que ves qué pueblo tienes, qué les mueve, que perfiles socioeconómicos hay, que tipología de edades hay... y todo eso te da mucha información para luego trabajar durante el año”, admite la técnica recién jubilada. 

Centro cultural

Ese análisis después lo utilizan para organizar la programación del Centro Cultural de Noáin, que se inauguró en 2003 y “funciona fenomenal”, asegura Nieves. “Tenemos un ratio de asistencia, tanto infantiles como para público adulto, en el que el aforo está prácticamente lleno”. Tienen una audiencia muy consolidada, porque han trabajado mucho en ello. Ofrecen actividades de calidad, un trato muy cercano con el usuario y precios que permiten acceder a la cultura a un espectro amplio de gente. Por eso “creo que es el trabajo bien hecho lo que está dando estos resultados”, dice Beloki. Aunque ella es la cara visible en muchas ocasiones, cosa que le hubiera gustado cambiar en alguna situación, quiere poner en valor que “no soy solo yo, es un equipo de compañeras que están atrás, a las que estoy eternamente agradecida”.

A las próximas personas que se encarguen de la cultura del pueblo, les pide que “hagan una política de trainera y no de trinchera”. Porque en un ayuntamiento tiene que haber cohesión de todos los servicios, “y si uno hace un agujero para que se hunda de ahí, al lado nos hundimos todos”, explica. “Menos guerras y más cultura”, añade para finalizar.

Planes futuros

Ahora solo piensa en celebrar su jubilación con sus familiares, compañeros y amigos, y no tiene planes concretos para el futuro. “Que el tiempo fluya, sin estar todo el tiempo proyectada hacia adelante”, cuenta. “No tengo una gran ambición, así que haré lo que me nazca, lo que me brote”.