Síguenos en redes sociales:

La solidaridad en Navidad se teje a ganchillo

El alumnado del IES Iñaki Ochoa de Olza está preparando regalos para la cena navideña que organizan en el Teléfono de la Esperanza

El alumnado del IES Iñaki Ochoa de Olza ha preparado regalos para el Teléfono de la EsperanzaIñaki Porto

68

No es la primera vez que el alumnado del IES Iñaki Ochoa de Olza muestra su carácter solidario. El año pasado tejieron sus propios gorros a ganchillo para que volaran hasta los niños y niñas de Nepal de la mano de la Fundación Iñaki Ochoa de Olza - Sos Himalaya.

En este caso han decidido colaborar con el Teléfono de la Esperanza, en concreto con la cena navideña que organizan años tras año el día de Nochebuena para todas aquellas personas que, por distintas circunstancias, pasan esa noche tan especial solas. En esta cena participan diferentes comercios y restaurantes, y los chavales del instituto no han querido ser menos. Por eso, llevan semanas preparando con mimo e ilusión una gran variedad de llaveros, postales, jabones y bálsamos labiales para regalar en el bingo que celebran tras la cena. También han querido donar los gorros que tienen de la anterior iniciativa que no han podido mandarlos hasta Nepal.

La directora del centro, Aintzane Perea, colabora hace muchos años con el Teléfono de la Esperanza, y por eso “ha sido fácil de coordinar”. Más allá del acto solidario en sí, a Perea le pareció una buena idea esta iniciativa porque “me interesa que conozcan el recurso. Así lo hacen de manera indirecta”.

"Me interesa que conozcan el recurso. Así lo hacen de manera indirecta”.

AINTZANE PEREA . Directora del centro

Para eso, han utilizado la asignatura optativa de artea orratzekin (arte con agujas) para preparar el primero de los detalles: unos corazones tejidos a ganchillo de color verde esperanza, y Raúl Rodríguez es el profesor que les enseña a hacerlo. Rodríguez es profesor de Lengua en el centro, pero también un apasionado del ganchillo, y eso la directora lo sabía, por lo que no dudó en animarse cuando Aintzane se lo propuso.

Está teniendo más éxito de los pensábamos”, explica, porque es una asignatura que ha despertado mucho interés entre el alumnado. A pesar de que al principio puede costar un poco cogerle el tranquillo, el profesor cuenta que “van entrando y se van envalentonado”, por lo que están muy contentos. Para iniciarse en el ganchillo hicieron sus propios amigurumi y al ser una asignatura optativa “están porque quieren”, explica la directora.

Urtzi Gastaminza, Beñat Josué y Markel Calvo son tres de los alumnos de 2º de la ESO que cursan esta optativa, y están contentos con la asignatura, aunque al principio les pareció bastante complicado porque “hay que pillarle el truco”. Ahora que ya son mañosos en esto, van mucho más rápido y lo hacen casi sin pensar, aunque alguna vez tienen que destejer todo para volver a empezar desde cero. 

Los mayores de 3º y 4º de la ESO son los encargados de hacer los jabones naturales en el laboratorio. Como explica Josu Martín, uno de los alumnos, primero derriten glicerina en un pequeño cazo. Una vez está líquido, lo vierten en unos moldes de silicona de diferentes formas y les añaden los colorantes alimentarios y aromas, lavanda y romero por ejemplo. Es entonces cuando lo remueven todo con un palillo y lo dejan secar al aire hasta que se solidifica. Para hacer aún más redondo el regalo, en clase de plástica están preparando unas pequeñas cajas para guardar los jabones, hechas con cartulina y adornadas con un lazo. En el laboratorio también han trabajado la jardinería, trasplantando unas cintas y decorando los maceteros al gusto de cada alumno.  

En la cocina, Silvia Akerreta, profesora de ciencias, espera a su alumnado para el taller de bálsamos labiales. Para eso utilizan las plantas que tienen en la huerta del instituto, como la caléndula, que “las hemos sembrado nosotros”. Una vez están cosechadas y maceradas en aceite, las filtran con una gasa y guardan en un recipiente. Esto lo llevan al baño maría junto con manteca de karité y cera de abejas, y una vez está derretido, les añaden los aceites esenciales y la vitamina E. Ahora solo queda esperar a que se endurezcan. Aun así en este aula no solo aprenden a elaborar estos productos cosméticos, sino que practican las operaciones matemáticas para preparar y adecuar la receta que siguen.