barañáin - La junta de la Fundación Auditorio de Barañáin debatía ayer por la mañana el futuro de las instalaciones, que se mantienen sin programación desde hace meses. Desde la presidencia encargaron un informe que, tal y como dio a conocer este periódico, recomendaba la disolución de la Fundación y la municipalización del servicio, circunstancias que se votaban ayer y quedaron finalmente aplazadas por "falta de información".

Tal y como reveló ayer el presidente del patronato, Pablo Arcelus, en la junta se aprobó el cierre de 2018 -que no llegó a realizarse el año pasado- para "seguir avanzando en la toma de decisiones sobre si se disuelve o no. En la reunión no se ha tratado porque hasta no tener la auditoría externa sobre los resultados de 2018 y 2019 no sabemos el valor exacto de lo que debe al Auditorio o lo que le deben para que, desde el punto de vista económico, el Ayuntamiento sepa lo que va a absorber". Se desconocen todavía el volumen de las deudas y hasta que no se culmine ese informe, explicó ayer Arcelus, ese punto no se puede llevar a una votación que, por otra parte, despertó cierto malestar entre los grupos que conforman la oposición, que reprocharon "falta de informes y garantías" y cierta "precipitación".

Los informes podrían estar "en pocos días", previsiblemente, pero lo que es seguro es que tal y como indicó el presidente los resultados de 2018 arrojan un déficit "considerable, de 239.000 euros. Ni siquiera con los 550.000 euros que se aportaron ha sido suficiente para cubrir todo lo que hay".

Valora que reinventarse "implicaría mínimo un millón de euros, con una gerencia, un asesor jurídico, armar toda la parte administrativa de nuevo y darle programación... Y no se puede hacer. Lo más adecuado es que el Ayuntamiento lleve la gestión, sobre todo por un tema de control. No podemos estar alimentando una fantasía, ahora es imposible que se mantenga, no se dispone de los medios. Hace falta una estructura diferente: en el fondo es ordenar la casa, aunque muchas veces la gente es reacia a los cambios. Pero hay que ir con el sentido común por delante".

Avanza que "si el día de mañana las cosas mejoran y hay aportaciones, un mecenazgo, alguien que quiera invertir en Cultura, se puede llegar a un acuerdo y tomar otra ruta, es una estructura enorme. Pero primero hay que tomar una decisión para ordenar todo este despilfarro que ha habido".