Se acabaron las fechorías para Lukas de Aierbe. Burlada le dio ayer captura, ha dormido en prisión y hoy se vuelve a enfrentar a una masa enfurecida. Se le acusa de hechicero y manguta. “Brujería y algunos pequeños delitos menores”, concretó Eli, uno de los jueces. Casualidades o no, todas las fuentes consultadas se empeñan en recalcar que vive en Villava. Y aunque todavía no se ha celebrado el juicio, el veredicto es de sobra conocido: horca y hoguera. “Sutara, sutara!!”, gritaban los joasikeroak tras la captura. “Akerburu, txakurburu!”, insultaban al condenado.

Burlada, como viene haciendo desde que Larratz Danza Taldea y AEK apostaron por un carnaval propio en 1989, volvió a salir en kalejira para buscar al brujo. Los joasikeroak comandaban la kalejira, cuatro jueces viajaban detrás -responsables de su captura- y les seguían cinco plañideras, “las desgraciadas que le lloramos año tras año”, decía Eba. “Somos todas sus viudas. Nos deja sin seguro de consolación ni nada”, explicaba. “Él solo intentaba ayudar a la gente, pero como en Burlada siempre ha reinado la derecha, pues pasa lo que pasa”, consideró.

Mucho más contentos parecían los gaiteros de Burlada, cerrando la comitiva. La Martingala, dantza que combina jota, polca y vals no se dejó de bailar. Y aunque estaba preso, Lukas corría por donde quería. Todos estos personajes del carnaval volverán a quedar hoy en el mismo lugar (19.30 horas, plaza de San Juan), para desfilar una vez más y quemar al hechicero en la plaza Ezkabazabal. “No se libra. Ya está capturado y somos muchos los que le perseguimos”, aseguró ayer una de las joasikoeroak que representan al pueblo, Saoia Oneka.