estella-lizarra - El recién concluido periodo de matriculación de la Escuela de Música municipal Julián Romano para el próximo año incide en el continuo descenso de alumnos que está sufriendo el centro. Así, en esta ocasión se han matriculado 166 estudiantes en 365 asignaturas, mientras que en el curso que acaba de terminar fueron 189 alumnos en 428 materias. Hace cuatro años tenía 303 estudiantes.

Como se recordará, en el año 2016 el Ayuntamiento acordó un incremento del precio de las matrículas, algo que generó una fuerte polémica y que, como se ha indicado en muchas ocasiones, desde la escuela se considera que está detrás de estos descensos que se agudizan cada año. En líneas generales el aumento de las tasas fue de un 25%, aunque el ayuntamiento subvenciona a los alumnos de Estella-Lizarra en esa misma proporción, por lo que para ellos no hubo incremento de tasas. También se redujo de 50 a 25 el porcentaje de descuento que se aplicaba a las familias numerosas y el precio a pagar por cursar un segundo instrumento pasó de 27,60 euros al mes a 94,60 en nueve abonos. La mensualidad para los adultos también subió de 52 a 94,60 euros.

Además del descenso de matrículas, lo que preocupa en la escuela es que no hay casi alumnos nuevos. Hasta hace cuatro años, en el periodo de matriculación se inscribían por regla general unos 40 estudiantes nuevos, ahora no llegan a la decena, según los últimos datos.

Cierto es que todavía queda el periodo de matrícula de septiembre, aunque la normativa incide en que ahí se tienen que ofertar las vacantes y las de adultos, algo que se podría llegar a modificar para ofrecer la matriculación completa, es decir, del mismo modo que en el periodo ordinario que ha finalizado ahora.

La parte positiva de este periodo de matriculación es que se ha recuperado la matrícula en el instrumento de txistu, ya que un alumno nuevo se ha inscrito en él, algo que no ocurrió en el curso escolar que acaba de terminar.

¿Por qué se subieron? Los argumentos del anterior equipo de gobierno para subir las tasas estribaban en la existencia de informes de Comptos y de Intervención instando a controlar el gasto; en que no se preveía un aumento de financiación por parte del Gobierno de Navarra a pesar de que el número de estudiantes de fuera de la ciudad superaba a los de Estella, cuyos vecinos sufragaban la mayor parte del coste de la escuela y finalmente que no querían limitar, como se hace en otros lugares, el número de plazas disponibles para evitar así que algunos alumnos se quedasen fuera.