- Máxima Vergarechea Zalacaín, de 101 años acaba de vencer al coronavirus en su casa de Estella-Lizarra. Esta estellica nació en 1918 en plena I Guerra Mundial y en el año en el que la pandemia de la gripe española estaba causando millones de muertos en todo el mundo. "En mi casa, aquella gripe española no afectó porque el barandao de las escaleras estaba llena de ristras de ajos", dice con buen humor Máxima.

La más pequeña de una familia de trece hermanos que nacieron en la casa de la Cuesta de Entrañas, "El edificio estaba justo debajo de la ermita de Santiago, donde el pasadizo de la muralla que entraba a la plaza", recuerda su hijo Ricardo Gómez de Segura quien afirmaba que la misma peña caliza formaba parte de la cocina de aquella casa, que tras demolerse, se volvió a reedificar en la década de los 90 y actualmente sigue habitada.

Máxima se casó con Ricardo Gómez de Segura con quien, en su día, viajaron hasta París donde visitaron a Manuel de Irujo. Pero volviendo a sus orígenes, la pequeña de los Vergarechea llegó al mundo en plena pandemia y lo hizo dentro de una familia de hortelanos que entre otras parcelas cultivaron las huertas de los Escolapios. Se dedicaron a la siembra de planta para la venta. "Vendían colletas (planta de berza) y todo tipo de frutas y verduras en la Sakana y también en otros lugares de Guipúzcoa, incluido Zarautz. Luego volvían también con carbón que lo vendían por Estella", recuerda su hijo Ricardo, quien aseguraba que ayer domingo, por fin pudo visitar a su madre después del confinamiento. "Ha sido muy duro pero ya le he llevado una tarta como hago todos los años por mi cumpleaños (los cumple hoy lunes). "En cuanto me ha visto me ha dicho que estoy muy guapo y que solo quiere darme un abrazo", comentó Ricardo.

Lo cierto es que tras los preocupantes primeros síntomas, pocos pensaban que Máxima podría superar los efectos letales del coronavirus. "Lo pasó muy mal. Por su edad o por lo que sea, ni siquiera se plantearon trasladarla al hospital". No obstante, Máxima resistió las acometidas de la covid-19, eso sí, bien asistida por su hija Ana Mari, que también ha sufrido la enfermedad, a consecuencia de la que ha perdido "parte del gusto y del olfato, igual que su marido quien se aisló en otra vivienda".

La naturaleza de Máxima Vergarechea ha demostrado una vitalidad que supera las pandemia más mortales. La semana pasada las pruebas detectaron que posee los anticuerpos que demuestran su victoria frente al coronavirus. "El próximo 28 de mayo cumplirá los 102 años, aunque no sé porqué siempre hemos celebrado su cumpleaños el 29" comentó su hijo Ricardo, "afortunadamente, posee una naturaleza tan dura como la peña de la casa de los Zalacaín en Estella-Lizarra".