- Con la incorporación de un sendero con un viaducto romano en Azcona, la asociación Tierras de Iranzu ha dejado claro que el potencial de su patrimonio no parece tener límites. Una obra de ingeniería que sirvió para sortear el cauce de una regata hoy desaparecida y que se mantiene en un buen estado de conservación que no delata sus alrededor de 2.000 años de antigüedad y que actualmente se encuentra catalogado por Patrimonio del Gobierno de Navarra. Esta es una de las sorpresas de un sendero circular que tiene su origen y final en Azcona y que discurre también par la conocida como Pasada de los Carboneros, una de las vías pecuarias cuya actividad se remonta a la ganadería nómada anterior a la cultura romana que pasó por estos lugares y que en la Edad Media alcanzó gran importancia; hay historiadores como Idoate que calcularon que cada año pasaban por ahí alrededor de 150.000 cabezas de ganado.

El actual tramo de calzada romana cuenta con un muro de unos 50 metros de longitud, "construidos con piedra seca caliza sin cemento", aseguró la gerente de Tierras de Iranzu, Charo Apesteguía, quien presentó también otro de los hitos de este sendero, que ha incorporado su paso por la Cueva de Arrastizulo, una cavidad cuyos estudios arqueológicos ya detectaron enterramientos humanos del Neolítico.

Otro de los recorridos actualizados este año es el sendero que recorre los vestigios de la Batalla de Valdejunquera, un proyecto que en este caso se ha desarrollado en la localidad de Muez, donde el Ayuntamiento de Guesálaz ha querido rescatar los escenarios del enfrentamiento en el año 920 entre el los ejércitos de Abd al Rahman III (que se convertiría en Califa de Córdoba) y el rey Sancho Garcés I, ayudado por Ordoño II de León. "Un momento histórico en el que se enfrentaron dos mundos contrapuestos", comentó el historiador Iñaki Sagredo. "Es una oportunidad para que la gente conozca en el sitio la historia real por encima de la leyenda".

Otra de las novedades presentadas ayer por Tierras de Iranzu fue el sendero del monte Esparaz, en Salinas de Oro. "Atraviesa un patrimonio milenario de las salinas de manantial natural", aseguró Charo Apesteguía, un recorrido que pasa también por una presa y puente románicos "de gran valor patrimonial".

También se destacó "la puesta en valor" de varios de los senderos con los que cuentan en estos valles. Por un lado, el Hechizo de la Calzada Romana de Garísoain, el de las Tres Ermitas de Muniáin de Guesálaz, el Cañón del Río Iranzu y Dulanz, el Mirador de Lazkua, el Barranco de Erbioz, el Cañón del río Ubagua, además de los tres senderos de Iranzu. La actuación total ha supuesto una inversión de 55.000 euros, de los que 38.500 han sido "ayudas del Gobierno de Navarra y Teder", comentó Apesteguía, quien junto con el alcalde de Guesálaz, Pedro José Soto, destacó la alta participación de voluntarios en las obras de los senderos.