Móviles, carteras con y sin dinero, juegos de llaves, audífonos, gafas, abanicos, coleteros y hasta pañuelos de fiestas se van acumulando en una caja de cartón en la comisaría de Policía de la Virgen de la Cabeza, en la calle Tejerías. Allí, los policías se encargan de recoger los objetos de todas las comisarías tudelanas y de buscar a los propietarios. Hay “pistas” que les facilitan la búsqueda. ¿Lo más fácil? Que haya documentación que permita repasar el censo y llamar a los dueños. Pero eso es demasiado sencillo y la mayoría de objetos aparecen sin identificar, por lo que la Policía debe estrujarse el cerebro en busca de otros rastros que permitan encontrar a los legítimos dueños.

El policía Óscar Caparroso explica que, por ejemplo, “llegó un pañuelo de los que entrega el Consistorio a los niños antes de las fiestas y fue posible encontrar al dueño buscando el nombre de los nacidos de ese año y llamando por teléfono”. Una labor de investigación que no siempre es posible hacer, ya que hay veces en las que solo se puede esperar a que alguien reclame su objeto perdido. Uno de los elementos que más llegan son los teléfonos móviles, que permanecen sobre la mesa del despacho de Caparroso, algunos conectados al cargador para que no se apaguen, esperando a que alguien llame para poder darle la buena noticia. Cuando esto ocurre, se comprueba que la persona es la dueña al desbloquear al móvil y con la descripción que da del mismo, asegurándose así de que nadie se aproveche de la pérdida. Asimismo, desde hace varios años ha sido frecuente la aparición de audífonos, un objeto caro y adaptado a la persona que lo necesita, que los dueños sí suelen “buscar con intensidad”.

A pesar de la labor, que la Policía Municipal realiza también a lo largo de todo el año, muchos objetos no regresan nunca a manos de sus dueños, especialmente aquellos de escaso valor. Algunos incluso ni siquiera recuerdan qué era eso que habían perdido. Por ello, finalmente van “deshaciéndose poco a poco de ellos”, explica Caparroso. Eso sí, el dinero de las carteras que nadie reclama va a parar a las arcas de la hacienda del Ayuntamiento de Tudela. A lo largo de los años, el municipal confiesa haber visto objetos “de todo tipo” y, aunque generalmente son cosas sencillas, de las que caben en el bolso o la riñonera, también ha habido momentos delirantes, como cuando encontraron “una silla de ruedas que nadie reclamaba”. Este año, sin embargo, no ha habido ninguna reliquia especial, sino todo “objetos normales”.

En relación a los robos, Caparroso comenta que “las fiestas están siendo tranquilas”, explicando que, aunque hay robos, “nada fuera de lo normal”. Entre las tácticas que usan los delincuentes, desde rajar mochilas y bolsillos hasta robar el objeto directamente de las manos del propietario. Aun así, si se ha perdido algo de valor, siempre queda la esperanza de que esté en esta comisaría, aguardando para volver con su dueño antes de caer en el olvido.