Música y baile se unieron ayer para devolver la esencia folklórica a la localidad de Estella. Por la mañana, después del pistoletazo del cohete en el balcón del consistorio, los integrantes de Lizarra Ikastola hicieron temblar la Plaza de los Fueros bailando con alegría para dar inicio a las fiestas. Además, recibieron una placa como homenaje por cumplir su 50 aniversario, que no pudo ser entregada en el año 2020.
Animados por las palmas de un público entregado, los participantes de la Asociación de Exdanzaris Francisco Beruete de Estella-Lizarra rindieron homenaje al folklore navarro. El Baile de la Era se encargó de emocionar a los vecinos de Estella, a los que la nostalgia, después de dos años sin fiestas a causa de la pandemia mundialo, les generó una euforia y un entusiasmo infinito. Reyes Anuza Lozano, bailarina de la asociación, declaraba “¡Nosotros nos lo pasamos pipa!”. Comparte con sus compañeros la pasión por la danza y el folklore, y aunque “hubo un día que hizo un calor insoportable y casi morimos en el ensayo”, la temperatura no les ha impedido disfrutar al máximo.
“Nos apasiona la tradición y estamos muy felices por poder compartirla”. Bajo esta afirmación, Angelines Henriquez disfrutaba del ambiente en la Plaza de los Fueros tras la interpretación del Baile de la Era. Además, aseguraba que la escuela de baile es “impresionantemente buena”, ya que su niña más pequeña empezó a ensayar con tan solo tres años de edad y comenzó a bailar a los cuatro. Itziar de Carlos, también bailarina de la Asociación de Exdanzaris Francisco Beruete de Estella-Lizarra, estaba “encantadísima” de poder estar allí, difundiendo el folklore y aportando su “granito de arena a la tradición navarra”.
El público, totalmente maravillado ante la actuación de los bailarines, trataba de imitar sus pasos y seguir el ritmo mientras aplaudía con entusiasmo. Así, la tradición y el folklore constituyen la esencia de Estella que, emocionada, espera unas fiestas apoteósicas.
