Entre gigantes y cabezudos, Burlada, entusiasmada, celebró ayer uno de los días más importantes de sus fiestas. Para los vecinos más fieles, la mañana comenzó con la celebración de la tradicional misa de la Asunción en la Parroquia de San Juan Bautista. Mayores y pequeños esperaban a la salida, en la Plaza de la Iglesia, refugiados del sol bajo la sombra de los árboles mientras aguardaban a que llegara la hora de la actuación de Larratz Dantzari Taldea.

Componentes de Larratz Dantzari Taldea realizan un espectáculo en la plaza de la Iglesia. | FOTO: OSKAR MONTERO

“Este año la gente tiene más ganas que nunca de celebrar las fiestas”, comentaban Segundo Vidal y Hermenegildo Isturiz, contemplando el buen ambiente que se respiraba por las calles de su barrio. Con emoción, conversaban sobre el momento más emotivo de todo el día: la procesión de la Virgen de la Asunción y el himno que los vecinos cantan en la Plaza de Francisco Zubiate. Con una sonrisa, los dos amigos afirmaban que la letra del himno es “tan bonita” y “tan profunda”, que es “totalmente imposible no quedar impresionado”. Además, se mostraban encantados con la ilusión de los jóvenes, que “son los que más se merecen disfrutar de las fiestas”, porque “después de la pandemia lo que queremos todos es festejar”. Sin embargo, Segundo Vidal y Hermenegildo Isturiz también deseaban lanzar un mensaje a la juventud: “Hay que disfrutar pero sin molestar a nadie, respetando a todos los vecinos. ¡Nunca se nos puede olvidar eso!”

Músicos animan las calles de Burlada con sus txistus y sus tambores. | FOTO: OSKAR MONTERO

Aunque una de las actividades favoritas de los jóvenes es el txupinazo, “hay más maneras de vivir las fiestas”, aseguraban Irune Vidal y Andrea Rivas, componentes de la Banda de Música de Burlada. Mientras preparaban sus respectivos instrumentos, charlaban acerca de lo divertido que es tocar en las fiestas. “Es otra forma distinta de ver la música”, declaraban. Las dos amigas, estudiantes de conservatorio, expresaban que “nosotras en la banda nos lo pasamos increíblemente bien”.

Los vecinos de Burlada acompañan a la Virgen de la Asunción en la procesión. | FOTO: OSKAR MONTERO

Gigantes y cabezudos esperan a la Virgen

Jóvenes y niños jugaban a perseguirse por la plaza, divirtiéndose con vergas de gomaespuma mientras esperaban a la Comparsa de Gigantes y Cabezudos. Cuando aparecieron en la plaza, los pequeños quedaron fascinados. Algunos se acercaban y pedían, alzando la mano, que les chocasen los cinco; otros los miraban desde lejos, con cierto respeto. “Es curioso que a algunos niños les encanten los cabezudos y que a otros les den miedo”, comentaban algunos adultos contemplando la escena.

Siguiendo a los gigantes, los vecinos de Burlada se mostraban animados. Al mismo tiempo, los bailarines de Larratz Dantzari Taldea preparaban sus castañuelas.

Paseando junto a la imagen de la Virgen de la Asunción, Burlada festejaba el día con alegría. En varios turnos, jóvenes caminaban portando la imagen con admiración. Para Iñigo Lecunberri, de 17 años, esta ha sido la primera vez que ha llevado a la Virgen. “Tenía un poco de miedo de tocar el techo cuando hemos salido de la iglesia, pero el resto del camino no ha sido muy difícil”, expresaba.

Víctor Morales, también de 17 años, explicaba que son nueve personas las encargadas de portar a la Virgen. “Hacemos turnos por si alguien se cansa. Pesa un poco y a veces te pones nervioso, pero me ha encantado la experiencia”, aseguraba.

Los más mayores disfrutaban de las danzas, que homenajeaban a la Virgen de la manera más bonita en la que se puede hacer: bailando. María Esther Elizalde, vecina de Burlada, declaraba que “con 80 años también se puede vivir la fiesta”. Copiando cada paso que ejecutaban los bailarines al son de la música, reía y se divertía con un entusiasmo admirable. “Yo me animo enseguida”, expresaba, “¡En mi casa tengo todas las ventanas decoradas, tengo casi doce pañuelicos! Para mí es fascinante ver todo esto. Las fiestas significan alegría, y eso soy yo, ¡una persona alegre! La Virgen tiene que estar contentísima con todo este jaleo para ella”, aseguraba María Esther Elizalde, bailando a la par que lo hacía el grupo Larratz Dantzari Taldea.

Entre aplausos y risas

Al finalizar la procesión, el espectáculo de gigantes y cabezudos y la música y bailes proporcionados por la Banda de Música de Burlada y Larratz Dantzari Taldea, los vecinos de Burlada reían y conversaban entre unos y otros. Algunos, ya hambrientos, comentaban con impaciencia las ganas que tenían de la comida familiar típica tras esta mañana de fiesta.

Así, pequeños, jóvenes y mayores se mostraban eufóricos a causa del regreso de las fiestas que, tras dos años de ausencia debido a la pandemia de la covid-19, “las hemos echado muchísimo de menos”, afirmaba Marta Rodríguez. “Durante estos días todos somos amigos de todos. El ambiente es muy familiar y acogedor, y eso a todo el mundo le encanta”, declaraba. Con sus primas pequeñas, aplaudía con alegría y, de camino a la comida familiar, exclamó con orgullo: “Burlada es la mejor zona de toda Navarra. ¡Si alguien todavía no se ha enterado, ya va siendo hora de que lo haga!”.

Suspensión de las vaquillas

La suelta de vaquillas se suspendió ayer a las 20.00 horas porque el dispositivo de emergencias del evento se quedó sin ambulancias al tener que realizar dos traslados al Hospital Universitario de Navarra (HUN).

El primero de ellos es un joven de 17 años que ha sufrido un síncope por el golpe de la vaca con el asta. Se le ha trasladado al HUN en una ambulancia con soporte vital avanzado. El segundo es un joven de 27 años que ha sufrido un traumatismo cervical y encefálico. También ha sido trasladado al HUN.