El casco antiguo de Tafalla volvió a presenciar ayer el regreso del ritmo musical a sus calles con la llegada de los maceros, timbaleros, clarineros, gigantes, kilikis, zaldikos, dantzaris, gaiteros, txistularis y la Banda de Música La Tafallesa que desfilaron hasta la Iglesia parroquial de Santa María para la misa en honor a Nuestra Señora de la Asunción, patrona de la ciudad del Cidacos. A lo largo del recorrido, en el que desfiló también la corporación municipal, las familias disfrutaron del tradicional despliegue folclórico en uno de sus días grandes de fiesta y en especial, los txikis, ya que muchos de ellos y ellas no habían presenciado a los gigantes y cabezudos por sus calles.

Los txikis observan y juegan con la Comparsa de Gigantes de Tafalla.

La tafallesa Mila Espinal, no dudó en bajar desde Pamplona, donde reside con su marido Fernando, para reencontrarse con las fiestas de su pueblo y confesaba haber vivido la misma sensación de siempre. “Nunca he faltado y este año no iba a ser menos. Es nuestro punto de encuentro, ya que vas viendo a gente de siempre, hasta de la escuela y está siendo una gozada. Todo se retoma, es todo igual y si puede ser mejor, mejor”, aseguró la de Tafalla.

La banda de música almuerza tras la subida a la iglesia de Santa María.

Una vuelta muy especial también para los músicos y dantzaris, quienes amenizaron toda la mañana a sus vecinos y vecinas. Entre ellos, los gaiteros Diego Bidondo y Miguel Isaba, quienes confesaron que las emociones se les escapaban. “La vuelta la estamos viviendo con una ilusión excesiva después de tres años sin tocar y disfrutar de las fiestas. Ha sido demasiado tiempo sin tener estas sensaciones”, explicó Bidondo.

Sin excepciones

Tras la subida a la iglesia, llegó el momento de un acto que, aunque no aparece en el programa, es imprescindible en las fiestas: el almuerzo. Las familias, cuadrillas y también la Banda de Música, disfrutaron de este encuentro. Andoni Cortijo, que este año ha colgado el txistu, aseguró que el almuerzo es un momento fundamental en las fiestas. “Es un imprescindible para luego mantener el cuerpo erguido”, bromeó el músico, que destacó la preparación de las nuevas generaciones de la banda. “Son gente seleccionada de las escuelas de música, hacen maravillas y sobresalen. La música es un elemento fundamental en las fiestas porque alegra el espíritu”, garantizó el gaitero.

Tras el almuerzo y de regreso a la plaza de Navarra, los tafalleses y tafallesas disfrutaron de una exhibición de bailes de la Comparsa de Gigantes y Grupo de Danzas para seguir con la fiesta y la peña El Cierzo fue la encargada de realizar la ronda y de visitar la residencia para llevar la alegría hasta los mayores.