Zugarramurdi vivió este viernes su último día de fiestas. Tras cuatro días llenos de actividades, este viernes llegaba el esperado día del zikiro. Las 800 entradas que se pusieron a la venta se agotaron en menos de 25 minutos al precio de 40 euros cada una. Y es que esta comida nunca defrauda, y normalmente quien ya la ha probado, suele querer repetir.

El calor de la jornada no supuso grandes problemas para quienes se reunieron en la cueva para degustar este menú tan típico. Las sombras y los lugares cercanos al río fueron los más solicitados y la gran mayoría estaba contenta porque no se repitiera la lluvia del año pasado.

Desde temprano por la mañana, cuatro personas se encargaron de empezar a preparar el zikiro. Entre ellas se encontrada Beatriz Pery Ballarena, descendiente de Domingo Pery Mendiburu, que fue quien trajo el zikiro a Zugarramurdi. “Esto empezó cuando había tres días de fiesta. El cuarto, un poco calenticos porque la noche a veces es muy corta, vinieron aquí unos 4 o 5 y el aitatxi asó un zikiro” cuenta. Su aitatxi aprendió a asar así en Argentina y fue él quien lo introdujo después en Zugarramurdi. Así, esta cita comenzó a consolidarse reuniendo cada año a más personas. Hasta hace no mucho, eso sí, solo hombres. Beatriz Pery recuerda, por ejemplo, que cuando era pequeña su aitatxi no le dejaba bajar a la cueva porque era mujer.

Ahora, sin embargo, cada año se juntan 800 personas de todo tipo y de múltiples procedencias. La mayoría son franceses, “el 80%”, confirman. Pero también hay gente que viene expresamente de lugares más lejanos para poder probar este zikiro. Es el caso de Noel y Paquita, de Barcelona. “La historia de cómo conseguimos las entradas es curiosa” adelantaba la pareja. “Queríamos venir al zikiro de Zugarramurdi y para ello, el sábado pasado nos levantamos a las cinco de la mañana. Llegamos aquí para las 16.00 y nos pusimos a hacer cola para comprar las entradas. A las 17.00 abrieron la taquilla y en 20 minutos se vendieron todas. Nos quedamos a siete personas de poder comprar las nuestras” recuerda. Se pasaron “dos días por el pueblo llorándole a todo el mundo en busca de alguien que le sobraran dos entradas”, pero no lo lograron. Cuando iban a partir en su viaje de vuelta, les avisaron de que se estaban sorteando dos entradas en Instagram. Decidieron participar y al final resulta que les tocó, así que una vez más, realizaron el trayecto de Barcelona a Zugarramurdi para poder disfrutar del tan ansiado premio. Después de toda la aventura, este viernes se mostraban “maravillados”. “La comida está buenísima, cualquier persona que le guste la carne tiene que venir. Y el escenario es único, espectacular” añadían contentos.

Este sentimiento era generalizado. Severiano Goienetxe lleva más de 40 años acudiendo a esta cita. Nació en Zugarramurdi pero vive en Biriatou y confirma que en el zikiro “siempre se está a gusto”. “Ojalá poder seguir viniendo otros 40 años más” añadía.

Así, todos los asistentes disfrutaron de lo lindo. Además, al finalizar la comida, la fiesta siguió en la plaza de la localidad.