Los Premios Taurinos de la Feria de Tafalla se dilucidaron en una reunión celebrada en la sede del Club Taurino Tafallés una vez finalizada la cuarta y última corrida el pasado domingo. El jurado, encabezado por el nuevo presidente de la entidad, Pablo Lacunza, fue bastante unánime para conceder los tres premios, aunque en el destinado al mejor torero y triunfador de la feria hubo dos miembros del jurado que optaban por dejarlo desierto.
EL MÁS BRAVO, EL CINQUEÑO MATACHINCHES
El galardón al toro más bravo del serial recayó en el toro Matachinches, tercer toro de la corrida celebrada el 20 de agosto de 2023 y lidiado por el torero Oliva Soto, que obtuvo una oreja. Matachinches fue un toro de bellísima estampa, serio y de equilibrado trapío. Estaba marcado con el número 37, nacido en abril de 2018 y, por tanto, cinqueño al portar el guarismo 8. Reseñado como cárdeno claro, aunque su capa muy clara parecía acercarse a jabonero o, incluso, a ensabanado. El toro por la mañana protagonizó el momento de mayor peligro de los encierros de este año: corneó en un muslo a Pablo G.R. natural de Pamplona y de 21 años de edad en la Avenida de Sangüesa cerca de la entrada a la plaza de toros. Por la tarde mostró su clase, bravura y fuerza en los tres tercios.
JUAN MIGUEL MONTOYA, ‘MONTOYITA’
Precisamente, en los primeros tercios Matachinches fue lidiado magistralmente por el subalterno Juan Miguel Montoya, Montoyita, galardonado con el trofeo al mejor subalterno de la feria.
El toreo Oliva Soto manufacturó a este toro una bonita faena, sin muchas apreturas. En el ambiente quedó la impresión que la faena fue de más a menos por el poder del torero. Pareció claro que Matachinches hubiera tenido motor y fondo para más. El toro dobló tras una estocada atravesada cobrada al primer intento. Matachinches fue ovacionado en su póstumo arrastre.
Los aficionados podrán disfrutar de otra variopinta y esperemos que también brava de Toros de Sobral en la próxima feria de Sangüesa.
ESAÚ FERNÁNDEZ, CUATRO OREJAS
El espigado torero sevillano, que toreaba por quinta vez en Tafalla, ha sido distinguido como triunfador de la feria. Esaú cortó cuatro orejas a su lote de la corrida de toros del hierro de Hermanas Azcona, de Olite (Navarra), lidiada el sábado, 19 de agosto. Dos trofeos obtuvo del segundo toro, Melonero, y otras dos de Tribunal, que hizo quinto y que fue premiado con la vuelta al ruedo. Los dos toros, cumplidores, aunque sin excesivo brillo en varas, fueron un caudal de bravura y clase en el último tercio. Antes, con el percal, el sevillano abrió el compás y dejó unos excelentes y muy templados lances a la verónica. El diestro andaluz supo aprovecharlos y los mató con sendos espadazos enteros con travesía, sobre todo el segundo.
Esaú, con un estilo personal que no gusta por su colocación, expresión y hondura a los aficionados más exigentes, cuajó a los dos toros y para el que escribe es el justo ganador de este premio. Muy respetable también es que otros dos miembros del jurado quisieran dejar el premio desierto por la exigencia indicada.
Lo que no se puede respetar tanto son los modos que se utilizan en las redes sociales, insultantes, y en algún blog no profesional de algún gurú, despreciando al torero y a casi todo lo que se meneó en esta corrida. Incluso, acusando de delito de afeitado, sin prueba alguna, a las propietarias del hierro de Olite y algún familiar, a las que, ilustra sin ningún pudor junto a sus neuróticos comentarios.
Luego, las redes de los megatoristas critican a Bilbao por la poca gente que va a los toros. Si fueran sólo a los toros estos agresivos gurús de internet y los adláteres que les veneran, el chiringuito no es que tendría poca gente: estaría ya cerrado. Y a Esaú, que me gusta poco de su puesta en escena en el ruedo, cortó cuatro orejas porque, generosidades aparte del palco, las pidió con fuerza el público. Y el público es soberano y es el que da de comer a este maravilloso invento cultural que es la Tauromaquia. Si se marcha el público, los gurús catastrofistas y ordinarios se quedarían solos. Una cosa es ser torista y defensor de la integridad y otra es saber entender la tauromaquia en su totalidad, con todas las apuestas profesionales y toda la clientela. Y cuidar a todos con respeto y mejor aún, con cariño.
