Era el primero de los ocho que habrá, y la expectación era máxima, algo que no intimidó al ganadero falcesino José María Goñi en su segunda participación en el encierro del Pilón. Y es que sus animales, 6 que ya corrieron el año pasado y 4 novatos, realizaron una carrera muy rápida; pararon el crono en apenas 56 segundos y no dejaron heridos de gravedad. De hecho, la DYA, tal y como apuntaba la portavoz Adriana Autor, solo tuvo que atender a cuatro personas con contusiones muy leves y a una quinta con un esguince de tobillo.
Aunque la manada salió agrupada del corral, dos vacas fueron las que lideraron la bajada y las que se llevaron por el camino a todo aquel que osó ponerse delante. La valoración, de acuerdo con el ganadero local, es muy positiva: “Estoy contento, la verdad. Ha salido más o menos como queríamos o esperábamos; un encierro rápido, pero en el que corredores y espectadores han podido disfrutar. Aunque no sabes cómo va a salir, esa era la idea, y estoy satisfecho”.
Primeros pasos
Goñi, que está empezando en este mundillo y no tiene aún demasiado ganado, buscó vacas “que se hermanen, que estén juntas en el campo y que más o menos sean parecidas físicamente. A mí, además, personalmente, y también como corredor que soy, me gusta que tengan cara; que sean abiertas y tengan buenas cabezas”.
Durante unas horas cambió la carrera y las zarzas, a las que hoy volverá, por la vara de pastor, “y la verdad es que lo paso peor que corriendo”, reía, “pero soy un enamorado de este encierro, así que me gusta, lo disfruto y lo vivo siempre. Cuando veo buenas carreras de chavales es como si las hiciese yo, porque la gozo; me encanta. Como aficionado, como corredor y como falcesino creo que aquí tenemos un tesoro que debemos, entre todos los amantes de este pueblo y, en concreto, de este festejo popular, unirnos y defenderlo”, concluía.
Corredora por primera vez
También tuvo un debut muy plácido Andrea Hernández, marcillesa que ya sabe lo que es correr delante de los toros de San Fermín o los de Tafalla, entre otros, pero que le quedaba la espina de estar en la arena del Pilón. Con el 18 a la espalda, explicaba esta joven que decidió correr en la parte baja, a la altura de la hornacina de la Virgen, “porque me lo ha recomendado gente de aquí que lleva corriendo muchos años y también otros que lo han hecho toda la vida, aunque ya se han retirado; me han dicho que probase aquí el primer día para cogerle un poco el punto”.
A pesar de los nervios previos y de haber inspeccionado el terreno concienzudamente (subió y bajó la cuesta en varias ocasiones), el resultado “ha sido muy positivo. He estado muy, muy a gusto. Se ha caído uno justo delante de mí y ya me he apartado contra el madero y he frenado, pero mejor ahí que en el barranco”, comentaba en tono jocoso. “La experiencia ha sido muy positiva; es algo diferente y mucho más familiar que Pamplona a pesar de que aquí también se oye mucho el griterío. En principio no sabía si iba a repetir, pero aquí estaré otra vez el martes (mañana)”.
Cambio en las ganaderías
De acuerdo con el edil de Festejos, Luis Miguel Martínez, “a la hora de seleccionar a las ganaderías de este año, primero nos fijamos en las de Falces y después, en esta ocasión salen Adrián Domínguez y Merino y entran Vicente Domínguez y Juan José Laparte. No es por nada en concreto, y máximo respeto hacia ellos pero, al entrar una nueva comisión, es una forma también de cambiar y de darle un aire nuevo al encierro”.
Por otro lado, y en cuanto al ganado local, “es muy diferente. Tenemos a Teodoro (que participa hoy), que es un ganadero contrastado con vacas ya hechas y muy fuertes, a José Mari, que está haciéndose, y también está Hípica Zahorí, que son animales de otro encaste. A ver qué pasa este año”.
El Pilón, un encierro con historia
Según recoge el Ayuntamiento de Falces en su página web, en los archivos municipales consta que ya por el año 1751 se compraban toros para lidiarlos en las fiestas de Falces, aunque desde 1915 los festejos comenzaron a celebrarse con vaquillas. En ambos casos, desde el siglo XVIII, al no existir transporte, las reses se llevaban por el monte al pueblo.
Allí se guardaban en un corral que exista en la parte alta de la cuesta de la cabrería, desde donde bajaban hasta los corrales del pueblo para ser lidiados en su caso.
Esta bajada es el origen del "Encierro del Pilón", que hasta los años 50 del siglo XX no se celebró oficialmente como hoy se conoce y que fue declarada Fiesta de Interés Turístico de Navarra en 2011.