En una feria de Sangüesa desangelada y presidida por el viento y las pobres prestaciones de la materia prima y actuaciones de caballeros y coletudos, no vino mal un buen cierre como fue la novillada de Ramos Valle y las ganas y maneras que esgrimieron los jóvenes novilleros sin picadores Juan Alberto Torrijos y Bruno Gimeno, ambos de Valencia, y Juan Jesús Rodríguez, de la Línea de la Concepción (Cádiz). Tarde entretenida con mucho toreo de capote de salida y rivalizando en quites de distinta factura. Y, sobre todo, mucha entrega, ganas de triunfar y conexión con el buen público de la ciudad navarra.

Torrijos y Gimeno, con dos y tres orejas, respectivamente, optaron como muestra de respeto el no salir a hombros por la Puerta Grande mientras su compañero Rodríguez estaba siendo intervenido de una dura cogida en el escroto que le propinó el torete lidiado en quinto lugar. El valentísimo chaval gaditano, que ya había obtenido un trofeo del segundo eral, estaba totalmente entregado y se le suponía uno o dos trofeos más cuando fue cogido de manera violenta por la res que atendía a Arete. La cornada penetró en las partes blandas de la bragueta y el torero estuvo suspendido en el astifino pitón derecho durante varios e interminables segundos. El valiente chaval fue llevado en volandas y a la carrera por el ruedo y callejón hasta la enfermería donde fue intervenido de una cornada que le destroza la bolsa testicular. Arete tuvo que ser estoqueado por el director de lidia Torrijos.

Bruno Gimeno se pasa por la espalda al tercer novillo, ‘Sosito’, al que le cortó las dos orejas. Manuel Sagüés

El detalle de la tarde, además de las renuncias de abrir la puerta grande, fue el brindis del sexto, dejando la montera sobre la barrera junto a la puerta de la enfermería, de Gimeno.

El encierro de Ramos Valle Hermanos, de doble procedencia Núñez y Osborne, fue desigual en hechuras. Los tres primeros fueron chicos y blandos de remos, pero con la virtud de venirse arriba a mitad de faena de muleta con embestidas nobles y de calidad las del primero y tercero, y más complicadas por vencerse y colarse por adentro las del segundo. Ante un tercero a más, Bruno Gimeno manufacturó la faena más rotunda de la tarde. Primero colocando tres pares de banderillas, entre los que destacó el segundo, cuadrándose en la cara y clavando con precisión en lo alto. Dejó un espadazo tendido al primer intento. Ante el sexto, otro buen mozo de veneno afilado, y bajo el coreado y soberbio Puerta Grande de la Banda de Música, puso un emotivo colofón a una tarde de buenas y emotivas sinergias por todas partes. Hablando de la banda: ¡menudo flautín de Leyre Iriarte en el Amparito!

Torrijos, algo descolado ante el primero, y más metido ante el buen cuarto, cortó a cada oreja de su lote.

Peña ‘El 2 puerta grande’

Durante la novillada se constituyó la asociación taurina con este nombre, que distinguirá cada año al novillero destacado de la feria. En su primera edición el premio se ha otorgado a Juan Jesús Rodríguez, novillero que resultó cogido durante la lidia del quinto, un serio novillo de Ramos Valle, al que le estaba cuajando una muy valiente y entonada faena. Cuando en breve la asociación taurina se inscriba oficialmente, figurará como presidenta Asunción Sanz Alastuey. Y el socio y patrocinador Alfredo Echeverri entregará el premio en cada edición.