La procesión de San Andrés es uno de los días más emblemáticos de las fiestas de Estella-Lizarra. Una mañana en la que decenas de grupos salen a la calle desde las escaleras del templo de San Pedro de la Rúa para recorrer las calles de la ciudad.
En la procesión están representados muchos colectivos. Uno de los más madrugadores a la sombra de la calle San Nicolás es el que representa a la asociación de jubilados Ega, que este lunes tendrá su día. Al pie de las escaleras estaba su presidente, Juanto Haro, acompañado de Jose Manuel Carretero, Jesús Landa, Txaro Echegarai, Izaskun Gómez, María Jesús Echeverría, Mari Carmen Jordana y Viky Meca, que pasearon uno de los estandartes de la mañana. Pero junto a ellos y por allí había otras hermandades, como la de los labradores, de la que Eduardo Hermoso de Mendoza portaba el emblema. “Ya no somos agricultores, pero lo portamos como antes hicieron mi padre y mi abuelo Francisco. Eso sí, los regadíos de Estella están muy solicitados aunque sea un tema ya de autoconsumo; los agricultores que llevan los tierras de Estella son casi siempre de los pueblos vecinos”.
En el grupo de quienes van a llevar la imagen grande de la virgen del Puy está Camino Bonafaux, que invita a que la gente se anime a portar las figuras, y Coro Alonso, que, tras unos años sin venir ha vuelto a participar en la procesión, un paso que también llevará Juan García acompañado de su hijo con el mismo nombre, “un estellés que vive en Madrid”. Al frente de la figura de San Andrés está Fernando Regaira y Oscar González, secundado por Valentín Araiz y María Vega, la única mujer de este grupo. La comitiva avanza entre los tríos de gaiteros, txistularis, rondallas como la de Guilaudban, que después de 33 años no cantó ninguna jota en el recorrido. Sí lo hizo José Luis Albéniz, que lanzó No te angusties madre, compuesta por su amigo fallecido Miguel Ángel Pérez: “La he cantado con todo el cariño y con mucha emoción”.
Un desfile que contó también con fanfarres como Malababa y los dantzaris de Ibai Ega, El Puy y San Andrés y Larraiza, con Malen Eraso, Irabi y Saioa, de apenas 10 y 11 años: “Yo no sé si es la primera vez que venimos a la procesión, pero todo esto es muy bonito”, aseguró Eraso. También participaron otros grupos de entre los que destacó el un gran número de participantes de la asociación Los Amigos del Camino de Santiago de Estella-Lizarra, con su presidente, Maxi Ruiz de Larramendi, a la cabeza.
Pañuelada
Tras la procesión que duró más de hora y cuarto, diferentes cuadrillas fueron tomando posiciones para interponerse en la salida de la Corporación hacia la casa consistorial.
Una de las primera filas fue la de Carlos Sanz, acompañado de Julio Pejenaute, un abuelo que iba acompañado de su yerno Guillermo y sus nietos, Marcos y Mateo. “Estar aquí con mis nietos es la motivación de que esté aquí”, aseguró.
Uno de los más veteranos de esta tradición era Juan Jordana, que lleva 48 años en este acto muchos de ellos acompañados de sus amigos Andrés Valencia y Rafa Benítez. También cerrando la marcha iban los quintos del 67 con Juanjo, Oscar, Andrés y Marino Oronoz, que fue uno de los protagonistas de la jornada al dirigir todo el protocolo de la procesión. Decenas de filas llegaron hasta el paseo de la Inmaculada, donde se produjo el habitual acto de la Pañuelada mientras la Corporación municipal accedió al consistorio, donde saludó y un año más dio fin al acto en el que se intenta retrasar la llegada al ayuntamiento de la Corporación.