La ferrería del monasterio de San Salvador de Urdax-Urdazubi, ya tiene mineral de hierro para trabajar y convertirlo en herramientas o armas.
Minutos después del mediodía un carromato tirado por los bueyes Rubio y Txato de Ezkio (Gipuzkoa), hacía su entrada en la localidad acompañado por txistularis.
Rememoración
La fiesta rememora la época en la que el Monasterio de San Salvador gozaba del privilegio real de importar anualmente 200.000 quintales de hierro vizcaíno, libres de cargas y sin pasar por las aduanas guipuzcoanas, a través de territorio enemigo, el Reino de Francia.
El mineral del hierro, materia prima estratégica, se introducía a través del puerto labortino de San Juan de Luz y, desde ahí, en barcazas se transportaba al pueblo de Azkain, donde el monasterio tenía terreno para carga y descarga. Desde ahí, guiados por boyeros y atravesando Sara por el camino de Olabidea, llegaban los carros a las puertas del monasterio, que poseía varias ferrerías que producían hierro de calidad.
Día del hierro
Un aurresku de bienvenida a cargo de Jesús Mediavilla precedió a la comprobación del material y la negociación por su precio. Una dura negociación con el abad del monasterio y finalmente el acuerdo se cerró este año en 12 monedas de oro y 4 buenos trabajadores para el monasterio, “pero con el vino racionado este año por los excesos del año pasado”. Tras el pago, los mismos monjes fueron los encargados de meter la carga dentro del monasterio.
Jornada de fiesta
Cientos de personas acudieron a la fiesta y además, durante toda la mañana hubo oportunidad de disfrutar de una feria de artesanía, hubo juegos para niños y niñas. Un zikiro-jate para 300 personas y el mariachi Los Gavilanes, puso fin a la 17ª edición de la fiesta que cada año atrae a más visitantes a la localidad fronteriza.
Este año el abad volvía a ser representado por Javier Larralde y los frailes fueron Iosu Iriarte, Juan Luis Sarratea, Jean Philippe Sopuicete, Cristian Follope y Francisco Javier Pérez. Adrián Aramburu y Lucas Durán hicieron de ferrones, Rafael Ansorena de notario y el carismático José Antonio Arriada Zikito fue el benaquero un año más.