“¡Viva San Miguel! Gora San Miguel!”. El equipo infantil del Club Balonmano Noáin y Hodei Martínez, piloto de motociclismo de 18 años, prendieron este miércoles la mecha más deportiva y juvenil de los días grandes del municipio. Esta edición cuentan con un presupuesto de 180.000 euros, un 6% más que la anterior.

Aunque la fiesta empezó oficialmente a las 12.00 horas, la carpa de Noáin apuntaba a jornada intensa desde las 10.30 horas. Decenas de jóvenes se juntaron bajo el espacio techado, idóneo ante el panorama nubloso y amenazante que recibió ayer a la localidad navarra, para almorzar y beber, actividades por excelencia. Al ritmo de La Morocha y otros clásicos de este verano, el ambiente de la mañana fue subiendo de temperatura.

Los más puntuales cogían hueco a falta de media hora para el cohete vestidos de impoluto blanco y rojo. “Si no venimos pronto luego no vemos nada”, comentaban entre sí unas vecinas. Entre ellos se encontraban los Gigantes de la Comparsa, dispuestos un año más a poner la nota artística a las jornadas festivas.

La plaza se fue animando poco a poco de juventud ansiosa esperando el cohete. Apiñados en grupos y haciéndose fotos, ocuparon las primeras líneas de guerra delante del ayuntamiento. El olor a pólvora tan típico del agosto navarro indicaba que el momento iba a llegar.

Cohete

Los protagonistas entraron en masa en el balcón llenándolo hasta la bandera. Los integrantes del equipo infantil del Club de Balonmano eligieron a sus capitanes, Matías Grandoso y Egoitz Iraizoz, para lanzar el chupinazo. “Antes no estaba mucho, pero llegando al sitio me he empezado a poner nervioso”, declaró Grandoso minutos antes del gran momento. Eso sí, natural de Noáin, admitió que ante todo estaban “muy ilusionados”.

Su gran campaña, quintos en la categoría nacional infantil, hizo que fueran seleccionados para prender la mecha. Como si fueran uno solo, todos los miembros del equipo lucieron la camiseta de la fase final que jugaron recientemente en Avilés, Asturias. Grandoso, que tuvo comida con la cuadrilla, reconoció que lo que más le apetece son los festejos taurinos.

No fueron los únicos que vieron premiados sus méritos deportivos. Martínez, vecino de Noáin y piloto de motociclismo, también fue elegido para lanzar el cohete: “Me llamaron hace un par de meses y me dijeron si quería tirar el chupinazo de mi pueblo. Para mí es todo un orgullo”. El 31 de agosto correrá el campeonato nacional de ESBK. Será en los Arcos y espera repetir el resultado del año pasado: “Gané las dos carreras, espero que vaya igual”. A falta de unos días, no extraña que no estuviera nada nervioso por inaugurar las fiestas: “Estoy tranquilo, hay que disfrutar del momento”.

La txaranga Turrutxiki, últimos invitados en llegar, trajo consigo a toda la juventud directa del almuerzo. Mientras los jugadores del equipo infantil jugaban y bromeaban para amenizar la espera, Martínez buscaba a familiares y amigos con una sonrisa de oreja a oreja y unos ojos iluminados que no se borraron de su cara.

“Os invitamos a unas fiestas igualitarias, con buen ambiente y espíritu deportivo”. Grandoso, Iraizoz y Martínez lanzaron el cohete ante los pañuelos rojos al aire que celebraron en la plaza del ayuntamiento el arranque de las fiestas. Eso sí, algunos tuvieron que taparse rápidamente las cabezas para recibir la lluvia incesante de caramelos.

Tras el chupinazo, Noáin se dividió. Los txikis huían entre risas de los Cabezudos, la juventud seguía, vaso en mano, a la charanga y los mayores disfrutaban de una cerveza y un pintxo en las terrazas. Lo que parecía una mañana desapacible, acabó siendo una soleada. Ahora ya solo queda disfrutar las fiestas y no perder de vista la nueva temporada que se avecina.