pamplona - Aitor Balbás y Armando Cuenca, miembros de Aranzadi-Pamplona en Común, lamentaron ayer en un artículo que “el silencio de Joseba Asiron con respecto a la implantación de un macrohostel en el Casco Viejo de Iruñea es clamoroso”. Consideraron que “en otro momento de la legislatura podría haberse interpretado como una razonable falta de criterio ante las consecuencias de la turistificación. A estas alturas del conflicto, sin embargo, da la impresión de que lo que opera es, sobre todo, el cálculo electoral. Ahora bien, dar luz verde a Unzu significaría abrir la veda de la turistificación en el resto de la ciudad. No será sólo otra herida en un barrio cuya condición de espacio residencial se resiente día a día”.

Balbás y Cuenca apuntaron a las “aproximaciones” en 2017 de los representantes de Unzu al Área de Urbanismo. “Suene creíble o no, esto funciona así, también con los gobiernos del cambio: las constructoras y otras empresas sondean al Área para comprobar el grado de sintonía del binomio público-privado. En despachos, sin luz ni taquígrafos”. Posteriormente, “el alcalde reaccionó presentando una propuesta de regulación de apartamentos turísticos que, según decían, dificultaría la implantación de hoteles en el Casco Viejo. Si el barrio no llega a movilizarse, Unzu estaría hoy de obras”. Y lamentaron el “texto ad hoc” para “flexibilizar” más tarde la normativa aprobada.

Por último, Balbás y Cuenca aseguraron que “Unzu no es un simple hotel: es una manera de entender nuestra ciudad y su comarca. Sigue la línea de las operaciones urbanísticas de Salesianos, IKEA, la Meca, estación de Etxabakoitz y Zara. Eso sí, supone un salto cualitativo, en tanto en cuanto abre la veda simbólica al turismo depredador. En las próximos días, Joseba Asiron tiene que decidir si su modelo de ciudad es el de la turistificación o el que plantean vecinos y vecinas. Se juega los presupuestos en esta decisión. Nosotros tenemos claro dónde vamos a estar”. - D.N.