pamplona - El centro de buceo Mistral y la sección de buceo del Anaitasuna Anaitasub llevaron a cabo el pasado sábado una actividad conjunta de “bautizo de buceo” personalizado con personas con discapacidad pertenecientes a la Fundación ONCE, Ibili-Elkartea y asociación Atica-El Cofre del Capitán Morgan. Desde las diez de la mañana hasta pasadas las doce del mediodía, instructores de buceo del centro Mistral de Berriozar impartieron las primeras clases fuera del agua sobre la “manera de comunicarse dentro del agua, nociones básicas sobre el material de buceo, sobre cómo respirar, etcétera”, destaca Ángel Gómez, de Mistral. Posteriormente, y con ayuda de monitores, tuvieron lo que para la mayoría de ellos fue su primera experiencia en el mundo líquido, inmersión que se hizo de forma individualizada.

Ángel Gómez, Josu Gaztambide y Jorge González, de Mistral, arroparon a los nuevos buceadores, quienes, equipados con aletas, máscara, chaleco y botella de aire, superaron satisfactoriamente esta prueba que tuvo lugar en las piscinas de la SDC Anaitasuna. Gómez destaca que con esta experiencia se pretende crear un espacio inclusivo, “y dejando fuera de la piscina, todos y todas hemos sido capaces de desenvolvernos con la ayuda de los instructores y disfrutar de esta actividad tan bonita”.

En el equipo había dos invidentes, Ana Zabalza e Iñigo Uriz, personas que utilizan silla de ruedas como Mikel Bidaurre y María Ulloa, con discapacidad intelectual como Dani Carceller; y otras personas con discapacidad como Teresa y Fernando Carceller, del Cofre, o Arka Pérez, de Ibili, que “diluyeron en el agua su discapacidad para mandar un mensaje a todos y todas: la discapacidad es una condición que para nada marca diferencias entre las personas a la hora de realizar actividades”, asevera Gómez. “Ha sido una experiencia muy gratificante para nosotros también. Cuando ves la atención que prestan a lo que estás explicando, cuando ves que están nerviosos pero no dudan en confiar en ti y cuando ponen todo de su parte para superar su reto, te llegas a emocionar”, reitera.

Ana Zabalza, de la ONCE, además de bucear sin achantarse se mueve como pez en el agua en las ondas de la antena de la emisora donde trabaja. Conduce todos los lunes en el programa El Cofre del Capitán Morgan (radio) y entrevista a personas de asociaciones y colectivos que tienen que ver con el mundo de la discapacidad, sin ánimo de lucro o “sencillamente gente que tiene una historia de superación”. Estudió Periodismo y Trabajo Social. Tiene 28 años y es un manojo de coraje y profesionalidad, admiten sus compañeros del Cofre. Trabajó en la empresa Inserta de la Fundación ONCE y tuvo su propio espacio radiofónico en Radio Universidad, en la UN. Le gusta cantar, ama el jazz y forma parte un grupo de música Red Cactus, entre otras muchas aficiones. Desde pequeña le gustaba nadar y aunque la del sábado fue la primera vez que metió la cabeza debajo del agua más tiempo del necesario tiene claro que volverá a bucear. “En realidad me merece más respeto el asfalto que el agua. Al final, una piscina -que no un mar abierto- es un elemento muy libre”, admite quien tiene claro que en la ciudad sigue habiendo más barreras que las que imaginamos para personas invidentes: “A la hora de entrar en un edificio, por ejemplo, siempre hay elementos, columnas, carteles, tablones... que resultan problemáticas”, resalta. A través del programa de radio ha tenido contacto con realidades muy duras de personas “con mucha valentía, por ejemplo, personas con discapacidad intelectual que son capaces de estudiar una carrera, batir récords como atletas o participar en un grupo de música, es algo que me admira”, asegura quien, en su caso, valora mucho el apoyo de su familia en todo el camino recorrido. “La gente piensa que una ya lo ha visto todo en lo que es superación personal pero yo me pongo en el lugar de otras muchas personas y me quito el sombrero”. Para una informadora como ella el ordenador es una herramienta básica. “El braille lo practico para no perderlo pero no es la vía de comunicación”.