pamplona - Liquidación total por cierre. Gracias por todos estos años juntos. Son las frases que figuran en varios carteles de los escaparates de las dos tiendas de Piedad Boutique de Pamplona. Una de ellas pondrá el cierre, mañana martes, a 60 años de historia comercial en la capital navarra.

La razón principal para la toma de esta decisión es clara: el descenso de las ventas. “Si no vendes para cubrir gastos no puedes mantenerte”. Con esa franqueza explica Feli Acero, segunda generación al frente de Piedad, una de las principales dificultades del pequeño comercio.

Su caso es, quizá, un tanto diferente a otros. Piedad tenía el relevo generacional mucho más que garantizado. A sus 27 años, Paula Hernández, hija de Feli, estaba dispuesta a ponerse al frente del negocio familiar. “Teníamos registrado y concedido un proyecto para la reforma de la tienda. Pero era una inversión tan grande y con tan poco aliciente para recuperarla...”, cuenta Paula. Tras estudiar el proyecto durante todo el verano, madre e hija decidieron dar marcha atrás y cerrar Piedad. “A los quince días de tener las licencias decidimos cerrar”, explica Feli.

Las dos mujeres son conscientes de que su situación no es un caso aislado, sino que está inmersa en los cambios de los hábitos de consumo. Desde hace ya tiempo, afirma Feli, “detectamos que había gente que venía a comprar se apuntaba la referencia de la marca o el proveedor para comprarlo on line”. Este factor, unido a la aparición de los centros comerciales en las últimas décadas, y el auge de las cadenas textiles también en el centro de la ciudad, el sentimiento es el de tenerlo “todo en contra”, afirma Paula. “El centro se va muriendo, todo se va uniformando”, añade.

comercio histórico El nombre de Piedad le viene a la tienda por su fundadora, Piedad Martínez, madre y abuela de Feli y Paula, respectivamente. Iniciada en un taller de costura de Estella, en plena Guerra Civil, se trasladó a Pamplona donde dirigía un taller de costura y tenía a su cargo a 17 jóvenes mujeres como ella. Al tiempo abrió su primera tienda en la plaza Consistorial, que fue trasladando por otras calles de Pamplona (calle San Fermín, avenida Carlos III, calle Gorriti, avenida San Ignacio, etc), hasta llegar a su ubicación actual en la esquina de las calles Leyre y Amaya, por la que han pasado tres generaciones.

Aunque no ha visto cumplido su sueño de ponerse al frente de Piedad, Paula, que cursó Derecho y el máster de acceso a la Abogacía, ha decidido no resignarse. “Yo me buscaré la vida. Para mí seguir aquí era lo ideal. Pero como mi abuela, tengo una rama un poco emprendedora”, afirma.

Ahora, con la decisión tomada tanto a ella, como a su madre Feli y a las trabajadoras que forman la plantilla de Boutique Piedad sólo les queda mirar hacia delante. Mañana martes cierra la primera tienda de Boutique Piedad, enfocada a una moda más casual, mientras que la dedicada a bodas y ropa de fiesta permanecerá abierta previsiblemente un mes más.