pamplona - Un bocadillito “de recuerdos y memorias, de los guisos de casa”, recogidos en un buen pan y acompañado de un vino de “confort y trago largo, un Vega del Castillo Crianza 2015. Esa fue la combinación perfecta, comprimida en un pequeño manjar plagado de sabores que se hizo con el premio del II Concurso de Montadicos y Pulguicas con producto de Navarra. Elaborada por el Dom Lluis, que lleva más de 30 años en Pamplona, el reconocimiento no fue para menos: resulta difícil resistirse a un redondo de ternera “perfectamente guisado, tierno y en su jugo”, aderezado con crema de patata y champiñón, en un montadico de pan “que empapa la salsa sin desmoronarse”, tal y como destacó el jurado, conformado por miembros de la Academia Navarra de Gastronomía.

No lo tuvieron fácil a la hora de decidirse por el ganador en una cita que, organizada por Anapeh, cuenta cada vez con más adeptos. Este año han participado, desde el 22 de febrero y hasta el 3 de marzo, 18 bares navarros con sus propuestas, entre las que destacaron también dos accésit, al bar restaurante Iruñaprost y al Café Bar Príncipe.

El primero presentó una pulguica rellena de crujientes láminas de alcachofa de Navarra fritas, con su correspondiente lonchita de jamón templada al calor de la alcachofa y con el pan aderezado con una rica y mediterránea salsa romesco. “Innovadora manera de disfrutar de la alcachofa, en equilibrio con todos los ingredientes y con una gran compañía en la copa: un Vega del Castillo Rosado de Lágrima 2018, de cuerpo y frescura, que se integra perfectamente con todos los elementos de la pulguica, incluida la alcachofa frita”, señalaron los expertos.

El Café Bar Príncipe, por su parte, consiguió un reconocimiento con una propuesta de la que el jurado destacó sus toques “originales” y una elaboración “perfecta”: morcilla de Navarra, desmigada y salteada con una pera confitada en lugar de la frecuente manzana, “en su punto de jugosidad” e introducida en un montadico de pan que equilibra la intensidad de la morcilla. Para dar “alegría” a cada bocado, unas tiras de pimiento de piquillo de Lodosa cruzadas en la “boca” de panecillo y un vino de la bien adaptada y fresca Merlot navarra, Castillo de Monjardin Crianza 2015.

Itziar Martín y Antonio Ciganda recogieron su preciado premio como ganadores, un galardón que recibieron con “orgullo” y mucha ilusión. El año pasado también se presentaron y explicaban ayer -en el Chez Belagua, donde se celebró la entrega de premios-, que “es mucho trabajo que no se ve y en el que pones ilusión. Yo estoy alucinada”, reconocía Martín, visiblemente emocionada. Su compañero aseguraba que no les costó elegir el montadito porque tenían claro que iba a ser “algo clásico, como un guiso y con ternera navarra. Para chuparse los dedos”, bromeaban.

decisión complicada La entrega de premios corrió a cargo de Mª Ángeles Rodríguez, presidenta de Anapeh; David Palacios, presidente del Consejo Regulador DO Navarra; Itziar Inza, de Reyno Gourmet; Santiago Enciso, presidente de la Cooperativa de Hostelería; Igor Goroskieta, de Caja Rural de Navarra, Margari Cueli, directora de Ordenación del Servicio de Turismo de Gobierno de Navarra; y Ana Laguna, vicepresidenta de la Academia de Gastronomía Navarra.

El concurso de Montadicos y Pulguicas es siempre complicado para el jurado, ya que la acertada combinación de productos navarros con su correspondiente preparación, el pan adecuado y la armonía con el vino resulta más compleja de lo que pueda parecer, destacaron los promotores, aunque señalaron que la innovación tiene cabida en una cita en la que, por otra parte, los clásicos bien elaborados también se cotizan al alza.

Por eso mismo desde la academia Laguna destacó la dificultad de dar un veredicto en un certamen en el que “se conjugan muchas cosas, y en el que la creatividad y el buen hacer son valores importantes”. Lo tienen más fácil, eso sí, quienes durante las pasadas semanas pudieron degustar estos mini manjares, descubriendo con ellos los rincones, calles y barrios de una ciudad que tiene, sin duda, sabor propio.