Pamplona - La emoción, el respeto y la tradición protagonizaron el viernes uno de los principales actos de la Semana Santa pamplonesa: la Procesión del Santo Entierro.

Pasadas las 19.30 horas, el silencio se apoderó del corazón de la ciudad y el primer paso, la Entrada en Jerusalén, salió del número 13 de la calle Dormitalería marcando el camino de los demás. Miles de personas acompañaron a los once pasos de la Hermandad de la Pasión del Señor y a La Dolorosa, de propiedad municipal.

A pesar de los malos pronósticos meteorológicos, la lluvia respetó las dos horas y media de procesión, que discurrió con normalidad y sin incidentes.

Luis Javier Fortún, prior de la hermandad, destacó el minutaje y la puntualidad con la que se desarrolló el cortejo, así como el buen trabajo en equipo. “Todo funcionó de manera muy ordenada, con tiempos de parada y de marcha muy homogéneos”, apuntó Fortún, que subrayó el amplio número de fieles que se acercaron a ver la procesión: “Indica que es un acto con gran aceptación entre la población”.

La fuerte tradición familiar marcó un año más el característico ambiente de la procesión, que contó con cerca de 400 portadores para los pasos y 2.000 personas en total.

Los hermanos Fernando y Javier Vallejo Sagaseta portaron El Sepulcro siguiendo los pasos de su padre, que participa en la Procesión del Santo Entierro desde hace alrededor de 40 años. “Yo llevo siete años colaborando y es una buena experiencia porque aunque en Pamplona es algo más seria que en otros lugares, es una procesión muy bonita”.

Como factor positivo, Javier, de 22 años, señaló que durante los últimos años ha notado un aumento de la participación: “Cada vez se anima más gente joven y es importante porque la altura de los portadores es funtamental para que el paso vaya recto y estable”, aseguró.

El recorrido, idéntico al de años anteriores, reunió a miles de curiosos de diversos puntos de la Comunidad Foral. Ane García y Javier Echeverría observaban atentamente el paso de La Última Cena por la calle Mercaderes. “Casi siempre solemos irnos de vacaciones y, aunque este año no ha podido ser, al menos podemos disfrutar aquí de un momento tan emotivo como este”, apuntó Echeverría.

Como broche final, La Dolorosa fue recibida entre aplausos por los allí presentes. Pamplona rompió con devoción el silencio para arropar a la Virgen, que desfiló a hombros de 24 miembros de la Hermandad de la Paz y la Caridad. Carmen Puy y Ángeles Calvo, ubicadas en primera fila frente a la catedral, escogieron el transcurso de este paso como “uno de los momentos más bonitos que se viven en la ciudad”.

Novedades Los pasos de la Entrada en Jerusalén y La Cruz a Cuestas lucieron como nuevos este año, después de que la hermandad realizase importantes labores de mantenimiento y recuperación de la estructura.

Además, el paso de La Última Cena sopló las velas el pasado viernes por su cien aniversario. Realizado en 1918 por el escultor José Rius y Mestre, también autor de los pasos del Prendimiento, la Oración en el Huerto y La Cruz a Cuestas, fue estrenado durante la procesión de 1919.

750

La distancia ocupada por todos los pasos y participantes fue de alrededor de 750 metros.

Recorrido. La procesión comenzó y terminó en la calle Dormitalería y discurrió por la Bajada de Javier, Compañía, Curia, Navarrería, Mercaderes, plaza Consistorial, San Saturnino, Mayor, Paseo Doctor Arazuri, San Antón, Zapatería, Calceteros y Calderería.

Pasos. En orden, desfilaron la ‘Entrada en Jerusalén’, ‘La Última Cena’, ‘La Oración en el Huerto’, ‘El Prendimiento’, ‘La Flagelación’, ‘Ecce Homo’, ‘La Cruz a Cuestas’, ‘La Caída’, ‘El Cristo Alzado’, ‘El Descendimiento’, ‘El Sepulcro’ y La Dolorosa.

La frase

Luis Javier Fortún “Es un acto con gran aceptación entre la población”

El prior de la Hermandad de la Pasión de Cristo destacó la respuesta de la gente.

40

Kilos por Portador

Es el peso medio que cada portador soporta.