pamplona - Ha costado pero los usuarios de patinetes eléctricos ya saben cómo deben moverse por Pamplona. De hecho, fueron la razón por la que el texto final de la nueva ordenanza de movilidad retrasara su publicación unos meses, a la espera de la pronunciación de la DGT que otorgue unas normas a nivel estatal. Prohibidos en las aceras, los usuarios de estos Vehículos de Movilidad Personal (VMP) deben ingeniárselas para circular por calles limitadas a 30 km/h, carriles bici, parques o paseos fluviales.

Desde que a mediados del año pasado comenzara su rápida extensión en el ámbito urbano, los patineteros se las han deseado para convivir en las aceras con los peatones. Para evitar conflictos y solucionar dudas sobre su circulación, los usuarios de Navarra se están uniendo en torno a la Asociación de Movilidada Personal y Ecológica de Navarra (AMPEN), pendiente de constituirse formalmente.

Las nuevas normas son para las asociación un primer paso “muy positivo” pues recoge las reglas a las que tienen que acogerse y los elementos de seguridad que tienen que llevar. “La gente no sabe todavía que tiene que ponerse casco”, destaca Roberto Aguirre, uno de los fundadores de la asociación, como elemento de seguridad clave junto al alumbrado trasero y delantero.

“Lo que no entendemos es por qué no nos igualan con las bicis, es una incongruencia”, reclama Pilar Masip, también cofundadora de AMPEN. Aunque tienen medidas de seguridad similares a las bicicletas y alcanzan velocidades superiores sin esfuerzo del usuario, los VMP en Pamplona tienen restringidas las vías a 50 km/h, las que dan entrada y salida de la cuidad o conectan barrios. “Es preocupante que un niño de 14 o 15 años, que ya puede llevar un VMP tenga que hacerlo por la calzada”, se quejó Masip, al tiempo que añadía que los problemas persisten cuando una madre o padre circule en VMP y su hijo o hija en bicicleta (por no tener la edad mínima de 14), “no es entendible que los hijos tengan que ir por la acera y nosotros por la calzada”.

transporte diario Desde AMPEN apuntan que el mayor uso de estos vehículos se da en el uso cotidiano, como “medio de transporte de casa al trabajo”. Los usuarios pueden montar con ellos en autobuses urbanos, convirtiéndolos en un medio de transporte rápido y no contaminante. “Estamos acostumbrados a buscar rutas por donde podamos circular, pero es necesario ampliar los carriles bici”, sostienen Masip y Aguirre. - Imanol Zozaya