Pamplona - El barrio de la Txantrea dijo ayer fuerte y claro que En la Txantrea no se juega y que van a hacer lo posible para que el negocio que se prevé poner en marcha en la calle Villafranca, 1, bajo, un Salón de Juegos y apuestas de 250 m2 en la antigua oficina bancaria, lo tenga difícil. A la llamada de los colectivos vecinales (había representantes de una docena de ellos), unas 150 personas acudieron a la asamblea en el Centro Comunitario Txantrea de las antiguas Salesianas, y el próximo jueves, día 24, a las 19.30 horas, en el mismo lugar, hay reunión para crear un grupo de trabajo.

A pesar de que, según se les informó, legalmente poco se puede hacer, dado que el Ayuntamiento de Pamplona “ya les ha dado licencia”, tanto de actividad clasificada como de obras, a través de la autorización que “firmó el concejal Echeverría el 30 de agosto” (explicó Asier Urzai, de Tx Bizi), se ha hecho un llamamiento al barrio para crear un grupo de trabajo de cara a consensuar los pasos a seguir, las campañas y las movilizaciones. Van en contra de un negocio, el de los salones de juegos y casas de apuestas, que en Pamplona y su Comarca no tiene ordenanzas que los regulen y que, de forma casi escondida se está instalando en todos los barrios de la ciudad con un modelo de ocio que tiene entre su población diana a los más jóvenes: “La idea es generar cantera y tener una población cautiva para el futuro”, explicó Alfonso Arana, presidente de Proyecto Hombre, y vecino de la Txantrea.

La asamblea estuvo coordinada por dos representantes vecinales, Asier Urzai, de Tx Bizi y Rubén Ramallo, de la Asociación Arga, y contó con la presencia de los citados expertos en adicciones y ludopatía, Alfonso Arana (Proyecto Hombre) y Raquel Pardo (Asociación Aralar), que explicaron el funcionamiento de estos locales. Asier Urzai relató cómo la sospecha que había en el barrio se confirmó este miércoles, cuando fueron conocedores de que la amenaza de un salón de juegos es ya una realidad con licencia. “Por eso llegamos tarde para conseguir una moratoria”, se lamentó y añadió que “la noticia ha tenido mucha repercusión y se percibe la gran preocupación vecinal”, por lo que “a partir de ahora el protagonismo es de todas y todos”, dijo.

“NEGOCIO A REGULAR” Para Raquel Pardo, “este monstruo llamado ludopatía ya se veía venir” y hay ido asentándose “en todos los barrios de Iruña -donde ya hay 41 locales abiertos- y en la Comarca”. Explicó a los vecinos que “es difícil” enfrentarse a ellos, porque “es un negocio legal” y “lo que hay que hacer no es prohibirlos, sino regularlos”. Así, dijo que las administraciones “han permanecido pasivas” todo este tiempo, y solo Noáin y Zizur “han blindado su entorno, con normativas que marcan distancias mínimas”, pero deberían regularse los horarios, porque funcionan de 10 de la mañana a 2 ó 3 de la madrugada; la publicidad, porque “usan a personajes famosos” para enganchar; y la prevención: “Deberíamos decir a nuestros hijos el peligro que corren”.

¿Qué diferencia hay entre un Salón de Juegos, para el que tiene licencia el de la Txantrea, y la Casa de Apuestas? Pardo explicó que en los primeros hay un cartel prohibiendo la entrada a menores, aunque hay “padres que llevan a sus hijos”, afirmó un espectador. El salón cuenta, además de tragaperras, con máquinas de apuestas y mesas de juego tipo ruleta. En las casas de apuestas, según Pardo, no hay este control de acceso.

En la misma línea, Alfonso Arana, de Proyecto Hombre, detalló que estos locales ofrecen cafés en el desayuno, y oferta diferente según el horario, así como pantallas gigantes para ver los partidos. Denunció que el juego on line está haciendo mucho daño, y que los bares de toda la vida “se están convirtiendo (con sus máquinas de apuestas y tragaperras) en pequeños casinos encubiertos”. Por eso, “la reflexión tiene que ir mucho más allá”, y, desde luego, “no estigmatizar a las personas jugadoras, sino tejer redes para que puedan salir”. Fueron después los vecinos quienes propusieron ideas. Leyes estatales que, como las del tabaco, prohiban la publicidad y la implantación de estos locales. Raquel Pardo indicó que las leyes, como la Ley Foral del Juego de 2006, han quedado obsoletas 13 años después, porque “el juego ha cambiado mucho”. Óscar, otro vecino, alertó de que este tipo de Casas de Apuestas se desarrolló después de la crisis, y acusó a miembros de la clase política de ser cómplices.

Y en el barrio, fueron muchas las voces las que animaron a preparar un manifiesto contra este futuro local, a salir a la calle, y a sumarse a la presión popular “que de eso este barrio sabe mucho”. Para “que ni se planteen abrirlo”, dijo una txantreana.