La centenaria Vicenta Irurita celebró este domingo sus 104 años en su casa, confinada pero rodeada de su extensa familia y de buena parte del vecindario que no quiso perderse el homenaje que tuvo lugar en la calle Zuasti de la Txantrea.

No faltaron jotas que ella misma interpretó y la que le salió en el alma: "A una madre hay que querer, más que a nadie en este mundo....". Conocida por todos en el barrio, nació en Muru Astráin, se crió en el pueblo antiguo de Cizur y vivió en La Miagrosa. A la Txantrea llegó en los años 50.