- La pasarela del Labrit presenta un grado de deterioro "relevante" y fallos estructurales, de construcción y diseño, como ya indicaron los dos anteriores informes encargados por el Ayuntamiento. Se ha constatado también que tiene corrosión generalizada, problemas de estabilidad (pandeo) y en el sistema para la evacuación del agua, lo que ha generado acumulación de líquidos bajo el pavimento. Además, se han detectado numerosas soldaduras mal ejecutadas e incluso inexistentes, chapas de refuerzo que no se colocaron pero la pasarela del Labrit, tal y como se construyó en 2010, tiene arreglo, con un valor estimado de 480.000 euros (costó 720.000).

Es la principal conclusión que arroja el informe elaborado por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos por encargo del equipo de Gobierno para conocer el estado real de la pasarela, cerrada en 2016 tras el desprendimiento de varias placas y que al final de la pasada legislatura comenzó a ser desmantelada atendiendo a las recomendaciones de otro informe técnico, que no consideraba viable su reparación.

El nuevo informe determina que el arreglo sí es factible desde el punto de vista técnico, después de haber analizado toda la documentación disponible y la realización de varias pruebas en la estructura, que incluyó una investigación geotécnica en los terrenos donde se sujeta la pasarela, una prueba de carga dinámica y el empleo de cámaras y sensores para acceder a espacios inaccesibles.

Para llegar a la conclusión de que tiene reparación, los responsables del estudio indicaron ayer que el examen de las cimentaciones ha determinado que los micropilotes instalados se encuentran en buen estado. Pero a diferencia de los responsables de la construcción de la pasarela, dijeron que las pruebas han permitido determinar que la estructura no está fija y que el terreno -sobre todo en la zona del Jito-Alai- no puede soportar la presión horizontal, lo que puede generar problemas en las tensiones no contempladas en el diseño original y que la cimentación pueda desplazarse horizontalmente.

Para solventarlo, el informe del Colegio de Ingenieros plantea la inyección de microcemento en el terreno u otras técnicas de fijación de la cimentación. También será necesaria una hidrolimpieza a gran presión para retirar el óxido y poder medir el espesor útil de las chapas, además de realizar correctamente las soldaduras y los refuerzos metálicos que se consideraran necesarios.

Finalmente, según la propuesta técnica, habría que mejorar el drenaje mediante perforaciones u otras técnicas que impidan la retención del agua, además de retirar el actual pavimento y sus soportes y ejecutar uno nuevo que impermeabilice la chapa superior, terminando el elemento con un tratamiento generalizado de protección.

Las conclusiones fueron dadas a conocer en el transcurso de una rueda de prensa del alcalde Enrique Maya junto al presidente del Colegio de Ingenieros, Joaquín Salanueva, y los responsables del estudio (Alonso Cobo Ingeniería), para dar a conocer el resultado pruebas realizadas.

Salanueva destacó que los estudios realizados con anterioridad y las nuevas pruebas llevadas a cabo ahora han permitido conocer muy bien el estado y el comportamiento de la pasarela y de los terrenos donde se sujeta. Maya, por su parte, se mostró satisfecho de que el informe considera posible su arreglo, aunque se mostró cauteloso a la hora de plantear plazos.

También expresó sus dudas con respecto al procedimiento que se debe seguir y aunque dejó claro que el Ayuntamiento no pagará los arreglos, comentó que será necesario llegar a un acuerdo con los responsables de la obra para evitar la vía judicial y el retraso del proyecto. "Si el pleno me dice que no vamos a poner 400.000 euros para repararla, pelearé porque la alternativa es que tendremos que tirarla y encargar otra que nos va a costar 800.000", dijo el alcalde, sin descartar que el Ayuntamiento pueda adelantar esta cantidad para acelerar el proceso.

En el turno de preguntas, el responsable del estudio confirmó que en 2010 no se realizó una prueba de carga estática, lo que hubiera permitido detectar las anomalías que han aparecido ahora. En cualquier caso señaló que ahora sí habría que realizar dicha prueba de carga. No quedó claro si era obligatorio hacerla en 2010, aunque señaló que las exigencias en la legislación se han incrementado.

Dinero en informes. Además de los 720.000 euros que costó la pasarela, el Ayuntamiento ha pagado 25.300 por el informe de INTEMAC, 48.800 por el IDEAM y al menos 50.000 por el informe del Colegio de Ingenieros.