- Pesa poco más de 25 gramos pero concentra, en apenas medio metro, toda la emoción de una fiesta. Y aunque este año la original no se pueda celebrar, contará con una réplica en cada rincón. En cada casa y en cada balcón, porque puede que en 2020 no haya Sanfermines, pero el espíritu seguirá estando intacto. En Pirotecnia Fiesta lo saben bien y por eso este año han decidido hacer algo especial: todo el que quiera podrá conseguir una réplica del cohete que, aunque no se lanzará este 6 de julio desde el balcón consistorial, sí podrá ser festejado desde otros lugares.

Hace ya tres años que la empresa suministra el cohete anunciador de las fiestas de Iruña, aunque también se encarga de los pequeños fuegos artificiales del Pobre de Mi y de los Toros de fuego de buena parte de la Comunidad Foral. "La verdad es que no teníamos intención de comercializar el Chupinazo, pero ya a mediados de mayo hubo gente que nos llamó para ver si íbamos a abrir la tienda y si seguiríamos con la venta. Con la suspensión de los Sanfermines y de las fiestas de los pueblos nos hemos quedado prácticamente sin ventas, se nos ocurrió para seguir adelante con el negocio y pensamos también que era una buena iniciativa para que todo el que quisiera tuviera la opción de lanzarlo desde su casa o su pueblo, allá donde estuvieran, y contribuir a que no todo el mundo vaya al centro", explica César López, a cargo del negocio que heredó de sus padres junto a su hermana Andrea.

Asegura que ya hay quien lo ha adquirido y cuentan con varios encargos". Han lanzado la iniciativa por redes sociales y, aunque de momento han fabricado unos 30, explican que variará en función de la demanda. "También hay quien nos ha preguntado para guardarlo de recuerdo y estamos barajando la posibilidad de hacer otro cohete sin la carga, que es una opción más segura, para que lo puedan tener de recuerdo", avanza.

Tardan alrededor de una semana en completar el proceso de creación, uno que aunque normalmente culmina en una fábrica de Huesca, las circunstancias especiales de este año han obligado a terminarlo aquí. "Empezamos a hacerlos hace un par de semanas, esta pasada terminamos con los detalles en rojo, el escudo de Pamplona y el San Fermín, y esta semana ya los estamos vendiendo", relata López. Y es que es un año especial para todo: "Los que somos de Pamplona nos acordaremos de este año sin Sanfermines toda la vida. Y conservar como recuerdo el cohete del Chupinazo el año que no se tiró será algo bonito. Eso sí, esperamos no tener que repetirlo y que sea solo un recuerdo".

Tener la fiesta en casa cuesta doce euros. Y el único requisito es ser mayor de 18 años. "El cohete es el mismo que el del encierro, con 25 gramos de pólvora y una categoría F3, que es la que permite utilizarlo a cualquier persona mayor de edad. El resto es de sentido común: utilizarlo al aire libre, dispararlo con una lanzadera o sujeción, nunca hacerlo por la mano, y que no haya nada por encima", explica. Ellos normalmente, para Sanfermines, hacen cuatro iguales, "y alguno más para que la gente vaya tirando. Uno de ellos se desecha porque es el que va pasando por todas las manos el mismo día, otro es el que se pone y otros dos por si alguno falla".

El de la pirotecnia es también, como casi todos, otro de los sectores que se ha visto gravemente afectado por la pandemia. La suspensión de los Sanfermines y de todas las fiestas ha obligado a reinventarse a un negocio que cumplió hace dos años su 25 aniversario desde que los padres de César y Andrea abrieran su primera tienda en Azpilagaña. Ahora los hermanos llevan ya 8 años en el polígono de Beriáin, donde echaron a rodar y cogieron impulso cubriendo las fiestas de los pueblos y otros eventos no sólo en Navarra sino también en Gipuzkoa y La Rioja.

"Ahora damos por perdido todo el año, de marzo a marzo, porque nuestra campaña dura unos seis meses. Es sobre todo un trabajo estacional, no es que pase el verano y en octubre, si hay vacuna o la situación está más normalizada, podamos hacer algo. No volveremos a trabajar hasta marzo de 2021", lamenta. Con prácticamente todas las fiestas suspendidas, esperan ofrecer fuegos artificiales "porque es un espectáculo que permite mantener las distancias sociales. Algún pueblo nos han dicho que lo están pensando, así que todo lo que pueda venir, bienvenido sea. Aguantaremos como podamos para poder estar el año que viene en la brecha y seguir funcionando".

Con sus cohetes y petardos se celebran unos 600 toricos de fuego cada año en Navarra, y agradecen también la confianza del Ayuntamiento de Pamplona en su apuesta por una empresa local para algo tan especial como la celebración de las fiestas, que no podrían hacerse sin ruido. "En cuanto a lo cohetes no sé cuántos podremos llegar a vender, muchísimos. Pero lo que está claro es que la facturación ha bajado entre un 90 y un 95%. Eso contando con que la campaña de Navidad funcione normal, porque si no nos iríamos casi al 98%", señala.

Esta nueva iniciativa les permitirá "seguir en el candelero y que no se olviden de nosotros. Todo lo que está pasando es una pena, en todos los sectores. Es bonito que la gente pueda tener su propio Chupinazo en casa, que todo el que quiera pueda celebrar un día tan especial, y que no todo el mundo confluya en mismo sitio".

"Puede ser un recuerdo bonito y contribuir a que no todo el mundo vaya a Pamplona"

Pirotecnia Fiesta