¿Te gusta el polo pero te falta el caballo, nadie puede prestarte uno y sí tienes bicicleta? Quizás este sea tu deporte. Se llama bikepolo, el nombre lo dice todo y aunque suene a invento moderno cuenta con más de cien años de existencia. En España se practica desde hace bien poco y a Pamplona llegó hace nada. Concretamente, en noviembre de 2020 gracias al impulso del vecino de la Rochapea Víctor Rodríguez Reche.

“Descubrí este deporte hace unos 8 años, cuando leí un artículo en un blog de ciclismo urbano. Yo entonces vivía en Manchester, vi que allí se practicaba, les escribí y me invitaron a conocerlo. Me encantó y desde entonces empecé a jugar todas las semanas. Hasta ahora”, explica Víctor, de 34 años. Aficionado de toda la vida al ciclismo y las bicis -competía desde niño en las escuelas de ciclismo, trabajó en un taller de reparación de bicicletas y utiliza habitualmente las dos ruedas para desplazarse- también ha practicado deportes de equipo como baloncesto o balonmano. Y aquí ha encontrado una combinación perfecta, bicicletas y deporte de equipo. “Además está la comunidad de gente que hay detrás. Ir a jugar a bikepolo es una mezcla de hacer deporte, hablar con los amigos y pasar un buen rato”, cuenta.

Los inicios

Hace seis años, en una visita a Pamplona, Víctor organizó un evento de iniciación al bikepolo. “Aquí no jugaba nadie, solo había un par de chicos que lo habían probado en Inglaterra”. Tras mucho tiempo viviendo en Manchester, Londres y Madrid, cuando Víctor regresó a Pamplona comprobó que los participantes de aquella jornada “estaban como locos por volver a jugar. Quedamos y ellos fueron hablando con conocidos del mundo de la bicicleta de Pamplona”. Con el boca a boca ya había equipo.

Se constituyeron como asociación -Iruña Bikepolo- comenzaron a jugar en la pista de la trasera del instituto Eunate y ahora tienen su hueco las tardes de los miércoles en el Complejo Deportivo Aranzadi. “Hay una pista de roller hockey que nos viene muy bien. El tamaño es el mismo y el formato muy parecido”, comenta. Se reúnen entre ocho y 12 personas, de momento más que suficiente: “La situación sanitaria no es la mejor y no hemos hecho promoción para evitar juntarnos muchos. Aún así, fue muy sorprendente para mí. No me imaginaba volver a Pamplona y poder jugar a bikepolo”, reconoce.

Las reglas del juego

Para un partido hacen falta tres jugadores por equipo y no hay portero fijo. Cualquiera puede colocarse bajo la portería en cualquier momento. Los partidos duran unos 12 minutos y normalmente se celebran torneos, de manera que “en un día juegas cinco o seis partidos”.

Solo se permite el contacto hombro a hombro o palo a palo, “pero exclusivamente al jugador que tiene la pelota, aquí no hay bloqueos como en baloncesto”. Y la falta más común es tocar el suelo con el pie. “Entonces tienes que ir a cualquiera de los laterales de mitad de pista y con el mallet (maza o palo) tocar la pared para volver al juego”. Por lo demás, lo habitual. Ganas si metes más goles que el rival. Víctor apunta una característica “muy importante” de este deporte. “El bikepolo es mixto. Y queremos que se refleje en Pamplona. Hay alguna chica que ha venido a probar y le ha gustado, pero nos gustaría que el número creciera y la presencia de mujeres fuera habitual”, concreta.

Para terminar, reconoce que cuando la pandemia remita y las autoridades lo permitan, “nos gustaría hacer concentraciones más amplias de gente y eventos de iniciación”. “El nexo de unión es la bicicleta. Si te apetece pasar un buen rato, haciendo deporte pero a la vez socializando, es el lugar ideal al que acudir”, concluye.