el pamplonés barrio de la Txantrea se conmocionó ante un descubrimiento arqueológico que resumía buena parte de la historia del barrio. En las obras de la Magdalena había aparecido una noria de tiro, también llamada de sangre, vinculada en el último siglo al convento de las Josefinas, y antes a la medieval leprosería de la Magdalena, que había dado nombre a toda la zona.

Según se supo, el hallazgo contaba con una plataforma elevada, destinada a conseguir la fuerza de gravedad con la que el agua extraída sería conducida por los canales hasta los cultivos. Tenía también un pozo de cuatro metros de profundidad, una galería de mantenimiento, un pavimento adoquinado para que los animales de tiro circularan, y una alberca o depósito de agua. En cuanto se conoció el hallazgo, Príncipe de Viana abogó por su conservación, y el Ayuntamiento, sin el apoyo de Navarra Suma, aprobó su integración en el nuevo parque.

el yacimiento ha sido totalmente arrasado, por orden del actual equipo de gobierno, en una actuación llevada a cabo en pleno mes de agosto, para que los grupos municipales no pudieran ejercer su labor de control. El arrasamiento se produjo con palas excavadoras, sin control arqueológico, y se llevó por delante la escalera, dos de los muros del contorno, el pavimento circular de piedra, la galería de acceso al pozo y la parte superior del propio pozo.

Las fotografías, perfectamente ilustrativas, muestran la destrucción de la escalinata de acceso y de toda la superficie de la plataforma, así como la desaparición del primoroso pavimento por donde los burricos transitaron durante siglos. Luego, con las piedras amontonadas, nos montarán un puzle nuevecito y dirán que aquí no ha pasado nada. Una acción digna de quien, hace ahora 20 años, expolió el yacimiento arqueológico de la plaza del Castillo...