Las separa un océano pero son muchos los lazos que unen a Navarra y Colombia. Al bagaje cultura y el idioma compartidos desde siglos atrás, se suman la hermandad que las Pamplonas, la navarra y la colombiana, tienen firmada desde el 2001 y una importante comunidad de unos 10.000 colombianos y colombianas afincados en Navarra. Es la tercera más grande tras la marroquí y la ecuatoriana.

Míriam Quiñones llegó junto a su marido y sus dos hijos desde el departamento de Cali a Navarra en 2008. Su compañero de emprendimiento, Gustavo Adolfo Collazos, llegó desde Cauca cuando apenas tenía 13 años, en 2001. Juntos han montado La Económica, una distribuidora y tienda de productos colombianos, que desde hace un mes ha abierto las puertas en el barrio de la Rochapea de Pamplona.

En la calle Monasterio Viejo de San Pedro, frente a la escuela infantil municipal, La Económica aúna la venta directa de productos de panadería y repostería de Colombia para negocios y restaurantes, con la venta directa a pie de calle. "La idea original era vender al por mayor, pero mucha gente se ha acercado y hemos habilitado también la venta en la tienda", afirman Quiñones y Collazos.

En los arcones de la tienda descansan productos originales de la gastronomía colombiana, como las empanadas de maíz. "Son las estrellas, las que más pide la gente", explica Quiñones. Los productos de panadería son la razón del nacimiento de La Económica. "La idea original era elaborarlos aquí, pero era muy complicado y por eso optamos por congelados", sostiene Collazos. Las demandas de la clientela ha ampliado el abanico de La Económica. "También tenemos preparados para la elaboración de batidos y zumos con frutas de colombia y otros destilados como el ron producido en nuestro país", completa Quiñones.

Recuerdo y futuro La Económica es un pedacito de Colombia en Navarra. "Vendemos el recuerdo de nuestro país, los productos que tomábamos de niños", expresa Quiñones. Pero el objetivo final de La Económica es extender la comida de su tierra natal, aunque en Navarra ya tenemos buenos embajadores, dicen, como el restaurante Mi Ranchito de Pamplona. "Vamos a empezar primero por aquí, pero luego queremos seguir por ciudades como Vitoria, Bilbao, San Sebastián...", enumera Collazos.

En Navarra a ambos les ha tocado trabajar en diferentes sectores antes de emprender este nuevo camino, que se fraguó en un curso de emprendimiento de Acción Contra el Hambre. "Estamos muy agradecidos a toda la gente que nos ha ayudado a hacerlo posible", sostiene Quiñones, acordándose de la asesoría que les prestaron desde organismos como Cámara Navarra o el SEPE, y también de todas las personas que comienzan a crear comunidad en torno a La Económica. La ventana abierta en Navarra a la gastronomía colombiana.