Gracias al impulso del Ayuntamiento de Altsasu, este año verá la luz una nueva edición de No me avergoncé del Evangelio, el libro de Marino Ayerra que describe la represión en Navarra tras el alzamiento fascista desde su parroquia en Altsasu. Y es que en los presupuestos de este año se incluyó una partida de 7.000 euros con los votos del grupo de alcaldía, Geroa Bai, así como de EH Bildu, PSN y Goazen Altsasu-Podemos. UPN, con un edil, se abstuvo.

Será la sexta edición de esta publicación que vio la luz en Buenos Aires en 1958 con la editorial Periplo, un libro clandestino que durante años pasó de mano en mano en secreto, con mucho sigilo pero dejando una huella muy grande. “Mi padre en vida realizó tres ediciones, de 2.000-3.000 ejemplares cada una. Todas se agotaron rápidamente”, apunta Teresa Ayerra, promotora de esta nueva reedición.

“La primera prácticamente la regaló, con una idea de difusión. Envió a España los libros que pudo hasta que la censura se dio cuenta. Entonces por medio de unos conocidos los mandó a Francia y desde allí pasaban a Navarra”, recuerda. Asimismo, señala que tras la muerte de Franco, en 1978 se publicó otra edición y a principios del nuevo milenio otra, sin autorización de la familia.

En esta ocasión serán 1.000-1.500 ejemplares, aún sin determinar. “Creo que casi un millar se venderían en Alsasua y en Navarra. Cuando estuve en otoño de 2017, mucha gente me preguntaba cómo lo podía conseguir y me animaba a reeditarlo. Había mucho interés”, apunta Teresa Ayerra. Pero para dar respuesta a esta demanda era necesario contar con algún tipo de subvención. Por ello, se muestra muy agradecida al pueblo y al Ayuntamiento de Altsasu, en especial al alcalde, Javier Ollo, que además se comprometió a realizar el prólogo. “Sin la ayuda del Ayuntamiento sería imposible llevar adelante este proyecto. Alsasua se ha portado muy bien con mi padre y su memoria. Estaría muy orgulloso de cómo ha evolucionado”, asegura la hija de don Marino, párroco en la villa entre 1936 y 1939.

OTRO LIBRO El dinero obtenido en esta nueva edición destinará para la publicación de un libro inédito de Marino Ayerra. “Lo recuperé después de haberlo perdido de vista durante algún tiempo. Es muy bonito e interesante, sobre todo para las personas católicas. Son reflexiones después de haber estudiado mucho el tema sobre Cristo y su legitimidad en diferentes momentos históricos”, apunta Teresa Ayerra. “Mi padre tenía mucha ilusión de publicarlo. Aunque él no lo pueda ver, lo veremos mi hermana y yo”.

Lo cierto es que Marino Ayerra era una persona estudiosa y reflexiva, premio Ansoleaga al mejor estudiante, al que la guerra le marcó para siempre. La vivió desde su parroquia de Altsasu, a la que llegó dos días antes del alzamiento. Finalizada la contienda, y en profundo desacuerdo con la situación política española, solicitó continuar su ministerio en Uruguay, hasta que en 1940 solicitó la secularización y se trasladó a Argentina. Allí se casó, tuvo dos hijas y se ganó la vida principalmente como traductor de latín y griego.

En la década de los 50 escribió este libro, una de las fuentes primarias más importantes para la descripción del papel interpretado por la Iglesia católica en Navarra durante la guerra. Lo cierto es que en este relato no salía bien parada, acusada de legitimadora del alzamiento fascista y posterior dictadura. “Mi padre se llevó una gran desilusión. La iglesia dio la espalda a su pueblo, lo que le causó aún más dolor, cuando esperas que te proteja y cobije”, observa su hija.

En este libro de casi 500 páginas y a través de la mirada del joven párroco se plasma el dolor profundo de una guerra cruel en un pueblo obrero en el que no hubo frente pero dejó más de un centenar de muertos en las cunetas y simas y también en el frente y en las cárceles, una guerra en la que la Iglesia se alejó cada vez más del Evangelio en opinión de este exsacerdote

Aunque de forma libre, este libro fue llevado a la gran pantalla por la cineasta altsasuarra Helena Taberna, sobrina de Marino Ayerra, en la película La buena nueva, estrenada en 2008.