El alumnado de sexto de Primaria de la escuela Domingo Bados de Olazti despidió ayer su etapa en este centro con una feria solidaria, una iniciativa que les ha llevado mucho trabajo pero también la satisfacción de ayudar a personas que lo están pasando mal. Y es que el dinero recaudado, en torno a 200 euros, será donado a Help-Na, asociación sin ánimo de lucro surgida a raíz del compromiso adquirido por parte de un grupo de bomberos y voluntarios que prestan ayuda humanitaria en campos de refugiados.

Eran Ekaitz Pérez, Mohamed Embarec, Javier Lanchares, Adrián Tomé Lanchares, Onintze López de Gauna, Hegoi García, Maider Ondarra y Haran Trevejo, ocho chavales que ayer hicieron de comerciantes en un mercado de segunda mano con la ropa, calzado, juguetes y otros objetos que han recogido este último mes. Parta ello, colocaron unas grandes cajas a la entrada de la escuela y en los recreos ordenaban los objetos depositados.

“Ha sido una iniciativa propuesta por el propio alumnado”, señaló Arantza Hernández, la tutora del curso, quien destacaba que se habían volcado en esta feria. “Supervisaron que todo estuviera en buenas condiciones”, recordaba. “Hace dos años también se hizo una feria de segunda mano con el alumnado de sexto. En algunos casos eran sus hermanos y querían repetir”, apuntó esta profesora. Además, este pasado miércoles pudieron conocer cómo se vive en los campos con Mikel Pagola, uno de los bomberos de Help-Na.

Con 113 alumnos y alumnas en la actualidad, este centro se constituyó hace tres años como una comunidad de aprendizaje. “En este tiempo hemos puesto en marcha muchos proyectos, como un aula de dos años gratuita, diferentes comisiones mixtas que son el motor de la escuela, un plan de acogida, la celebración y concienciación de los 25 años en el modelo D, Euskaraldia y muchos otros con diferentes agentes de la comunidad”, explicó la directora, Emma Martínez.

No obstante, destacaba que el gran logro de este año es la realización de la normativa de la escuela. “Ha sido elaborada por una comisión mixta formada por familias y profesores y profesoras tomando en cuenta la opinión de los miembros de la comunidad”, señaló.

Asimismo, se creó una comisión mixta de las lenguas, donde se realizó un trabajo de sensibilización y un diagnóstico de las lenguas existentes en el colegio. “La aportación de las diferentes familias ha sido indispensable. Hemos tenido la oportunidad de conocer un poco más la cultura de Rumanía, Ecuador, Euskal Herria, Marruecos, Sáhara y Colombia”, destacó.

El proyecto ha finalizado con un recetario, donde el alumno ha escrito las recetas hechas por las familias, junto a una poesía basada en la igualdad y la solidaridad con y para estas culturas. “La ayuda del servicio Anitzartean ha sido imprescindible”, apunta la directora. También se ha realizado una receta antirrumor, con el respeto y acercamiento mutuo como principales ingredientes.