LEITZA. La magia del carnaval transformó ayer por unas horas las calles de Leitza, unas celebraciones tempraneras que tienen fecha fija en este pueblo, el cuarto domingo de enero, pesta txikiak como las llaman algunos y algunas. Y es que los y las leitzarrras sortearon las prohibiciones del franquismo y no dejaron de celebrar su homenaje a Don Carnal. Ayer era la cara urbana de esta fiesta, un día en el que en Leitza lo dan todo en un derroche de imaginación, humor y ganas de meterse en la piel de otros personajes, reales o inventados, de tiempos pasados y futuros en los que todo es posible.

La zona cero de era la calle Elbarren, dónde a modo de sambódromo, al mediodía desfilaron carrozas y grupos ante cientos de personas en las aceras. A ritmo de batukada con Batule comenzó el desfile, percusión a tope para dejar paso a un grupo llegado del Antiguo Egipto con el encargo de transportar una gran piedra de 320 toneladas desde Peru-Harri, una pesada carga con la que los esclavos apenas podían mientras otros esclavos abanicaban al Faraón. Y es que llegó abrigado a Leitza dadas las fechas en tierras del norte. Pero no hay que hacer caso a la fama y ayer lució el sol en una mañana casi primaveral. Con ellos iba Iñaki Perurena, que de vez en cuando les echaba una mano o, con el micrófono en mano y americana, cantaba desde lo alto.

De tierras aún más lejanas, de la India, era otro grupo que llegó en elefante, con unas maharajaníes, llenas de joyas y ricas telas bordadas y sedas, bien acomodadas. Eran Mila Urrutia, Maritxi Goñi, Txaro Gordobil, Lourdes Mitxelena y Arantza Zubillaga, de la cuadrilla Betikoak. Lo cierto es que siempre ponen el listón muy alto, insalvable en opinión de muchas personas, todo realizado con manufactura casera."Disfrutamos preparando todo", apuntaban estas leitzarras, que se juntan todos lo sábados a la tarde para dar forma a sus ideas, sin contar las horas. "Después de los carnavales de Tolosa ya comenzamos con el siguiente", observaron las maharaníes por un día y con una corte de rajás, maharajás y guerreros dispuestos a defender a sus reyes.

Por otro lado, un barco vikingo navegaba por Leitza mientras otro grupo, Belarriko zolda, se adelantaba a la puskabiltza en metro, guiados por los caseríos por el mapa que realizó Pablo Feo a modo del mapa de Londres. Y es que es Leitzandi, como recordaba un cuadrilla de txikiteros que aseguraban que el poteo en Leitza, no tiene nada que envidiar al de Bilbao. Casi nada. En esta marea humana también superhéroes con grandes poderes, indios, chinos... chorizos, gambas y langostas que se resistían a pasar por la plancha... rockeros, payasos, mexicanos, chinos, tribus urbanas e incluso muertos. Y es que todo el mundo tenía ayer cabida en Leitza.

PUSKABILTZA Las celebraciones continúan hoy con la puskabiltza por los caseríos de Gorriztaran, Arkixkil, Sakulu y Erreka. Se saldrá a las 9.00 horas desde Aurrera y, como es costumbre, para la vuelta no habrá hora. Por otro lado, en el pueblo, habrá kalejira a partir de las 17.00 horas, chocolatada y reparto de dulces. Por la noche, bailables. Mañana será la cuestación a Erasote, el quinto barrio de Leitza. Además, mañana y tarde habrá hinchables y juegos en el frontón. Caída la noche, a las 18.30 horas será el desfile de atsaureak, cuando el carnaval mire a su pasado rural. Los y las txikis podrán disfrutar un día más, con el espectáculo de Azken balea el miércoles, a las 17.00 horas, en el comedor de la escuela.