n estos tiempos en los que la ilusión cobra especial sentido, Lizarra y Garazi volverán a las calles de Leitza. Además lo harán a lo grande, en compañía de dos nuevos gigantes que el Ayuntamiento ha encargado a Aitor Calleja, el mismo artesano que el pasado año realizó Frida, la cabezuda que se unió a la cuadrilla de Ipotxa, Amona zaharra, Pirata, Gafotas, Cantinflas y Barriola, los siete cabezudos que siempre les acompañan entre carreras de los niños y niñas.

Si bien no hay fecha fija para la próxima salida, confían en que sea pronto. "Será en función de cómo evolucione la pandemia. A mediados o finales de junio se recibirán las nuevas figuras", apunta Jon Arangoa de Leitzako Konpartsa. Por ello, la comparsa quiere estar preparada para cuando llegue ese gran día y han realizado un llamamiento a los y las leitzarras para incorporarse al grupo, especialmente a las mujeres. "Los nuevos gigantes serán más ligeros, a ver si poco a poco se animan las mujeres", observa, al tiempo que señala que alguna ya se ha apuntado. Y es que las nuevas figuras tendrán un peso aproximado de 40 kilogramos frente a los 60 kilogramos de Lizarra y Garazi, los dos gigantes realizados por Mari Ganuza que cobraron vida en 1999, un año después del pacto del mismo nombre que marcó un cambio de tiempo en la política vasca y abrió muchas esperanzas.

En la actualidad el grupo está formada por 15 personas que se encargan de bailar a los gigantes además de una docena de chavales que salen con los cabezudos. "Con cuatro gigantes se coge otra dimensión y queremos consolidar la comparsa de mayores. Lo ideal sería 30-35 personas", observa Arangoa al tiempo que avanza que tienen más planes, sobre todos con los niños y niñas. "Hace años que gracias a la ayuda de varios padres y madres, hay hacen sus gigantes y bailan. Cada vez son más. Nos gustaría dar forma de alguna manera a una comparsa txiki", observa. No obstante, destaca que "el proyecto está aún verde. Paso a paso", precisa. Lo cierto es que año a año son más las figuras que acuden a la plaza de Leitza la víspera de San Tiburtzio, minutos antes de que estalle la fiesta, gigantes de todos los tamaños que acompañan a Lizarra y Garazi.

Pero ahora toca apuntalar la comparsa, con una base fuerte para poder llevar adelante nuevas iniciativas. "Es una manera de hacer pueblo", apunta Arangoa. "Además, lo pasamos muy bien. Estamos deseando de comenzar con los ensayos. Durante el año suele ser un día cada dos semanas pero cuando llega el verano más a menudo", comenta.

La elección de las nuevas figuras ha sido una decisión muy meditada. "Hemos colaborado con el Ayuntamiento para definir la temática de las figuras. Serán unos personajes vinculados al pueblo de Leitza, a unos valores que se quieren ensalzar y promocionar", adelanta Arangoa. También lo fue la elección de Frida el pasado año, una propuesta de los Servicios Sociales de Base para poner en valor la lucha por la igualdad y los derechos de las mujeres que llevó a cabo la pintora mexicana.

Para mantener viva la ilusión y al mismo tiempo hacer pasar un rato agradable a los txikis, la comparsa ha difundido a través de WhatsApp y redes sociales los dibujos de los gigantes y cabezudos para colorear.